CANNES. Una alfombra por la que desfilarán estrellas de Hollywood como Marion Cotillard, Kristen Stewart, Robert Pattinson, Eva Mendes o Viggo Mortensen, que presentarán sus películas o simplemente aprovecharán la atención que el certamen suscita para darse un baño de popularidad en una cita en la que los fans son uno de sus elementos más importantes.

Así, un día antes de que se abran las puertas, ya hay decenas de personas apostadas frente al Palacio de Festivales, en sillas traídas de casa y con paraguas por sombrillas para protegerse del fuerte sol.

Las calles de esta pequeña ciudad de la costa azul francesa están a rebosar de aficionados al cine que terminan siempre en su famoso paseo marítimo, la Croisette, con la esperanza de ser los primeros en cazar un autógrafo o hacerse una foto con sus ídolos.

Algo que no ocurre solo dentro del festival. El gran escaparate en que se convierte Cannes hace que sea el lugar más propicio para todo tipo de promociones.

Este año, Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger, Mel Gibson, Harrison Ford y Antonio Banderas viajarán a Cannes para presentar, al margen del festival, 12 minutos de "Los Mercenarios 3" ("The Expendables 3"), y también se espera la presencia de la mítica banda de los 80 Spandau Ballet, con un documental sobre su carrera.

Mientras llega la oportunidad de ver a las estrellas en directo, el ayuntamiento de Cannes ha instalado carteles con las imágenes de algunos de los actores y actrices más populares, Julia Roberts, Nathalie Portman, Hugh Jackman, Bérénice Bejo o Martin Scorsese, para que los paseantes se hagan fotos y las suban a la cuenta de Twitter e Instagram abierta especialmente para la ocasión.

Porque durante los 14 días que dura el Festival, del 14 al 25 de mayo, el cine es el protagonista absoluto de la vida social en Cannes, donde todo gira alrededor de su cita más importante del año.

Una dedicación que vale la pena si se tiene en cuenta que el ayuntamiento y diversos inversores privados destinan un presupuesto de 20 millones de euros (27,5 millones de dólares), y la cifra de negocios generada en la última edición se elevó a los 195 millones (268,2 millones de dólares), según datos del consistorio de Cannes.

Un dinero que se destina a adornar la ciudad, que luce en todo su esplendor, con un impresionante despliegue de flores: 20.000 petunias; 250 jardineras con arbustos; 1.300 plantas repartidas por el recinto del Palacio de Festivales; o las 100 hortensias que decoran los alrededores de la plaza del ayuntamiento.

Junto a las flores, el cartel anunciador de esta edición, con un seductor Marcello Mastroianni en un precioso fotograma de "Ocho y medio", es el elemento omnipresente en todos los escaparates de la ciudad, que también se ha engalanado con 220 "kakemonos" (carteles japoneses) con los colores del festival.

Todo es poco para recibir a los 4.500 periodistas y 30.000 representantes de la industria acreditados -según los datos facilitados por el Festival-, que, junto a los miles de seguidores que se dan cita en Cannes, generan en estas dos semanas el 15 por ciento de los ingresos anuales de los hoteles de la ciudad.

Unas visitas que hacen que la población censada de Cannes, 73.324 personas, casi se triplique, hasta superar las 200.000.

Así, se producen entre 200 y 250 toneladas de basura diarias frente a las 150 de un periodo normal, de las que se ocuparán 130 personas del servicio de limpieza, a los que se añaden 35 que a diario acondicionan las playas de la Croisette.

Y tampoco se olvida la seguridad, con un sistema de videoprotección que cuenta con 430 cámaras repartidas por la ciudad, vigilada por 700 policías.

Todo ello para que el festival se desarrolle lo mejor posible, aunque el despliegue de seguridad que se repite cada año no evitó en la última edición que se cometieran varios espectaculares robos de joyas o que un desequilibrado provocara el caos al disparar durante la emisión en directo de un programa de televisión.

Pero, problemas aparte, lo que sí es cierto es que Cannes recibe con los brazos abiertos a esta popular manifestación de glamur y de reverencia al séptimo arte, que concentra toda su fascinación en los 60 metros de alfombra roja y en los 24 escalones que cada noche suben las estrellas para dejarse fotografiar y admirar.

Eso sí, si el variable tiempo de esta época del año lo permite.