Vitoria. Mientras en el escenario del Federico García Lorca del centro cívico Lakua, el XXXIII Festival Internacional de Teatro de Gasteiz pone en marcha una nueva edición del ciclo para bebés, el certamen sigue su marcha también esta noche desde el Principal. Lo hace mientras ve cada vez más cerca el final de esta edición, una última quincena que, eso sí, arranca de la mejor manera posible para la taquilla. Bueno, para las dos porque los espectadores de entre 0 y 3 años han dejado sin sitio el arranque de la programación destinada a ellos (como ayer se contaba en estas mismas páginas) pero es que también las tablas de la calle San Prudencio se han quedado sin entradas para la cita de esta noche. No queda nada disponible desde hace tiempo.

La culpable, en el caso del Principal, de ese lleno total es la última versión que en el Estado se ha realizado de ¿Quién teme a Virginia Woolf?, clásico de Edward Albee que en el mismo teatro ya se ha podido ver, por ejemplo, de la mano de Nuria Espert. Esta vez, es el director argentino Daniel Veronese (otro de esos nombres de moda en la escena peninsular llegado desde el otro lado del Atlántico) quien asume la responsabilidad de, con la producción del Teatre Romea, reencontrarse con esta cruda historia sobre las relaciones sentimentales de una pareja burguesa.

Será a partir de las 20.30 horas cuando Carmen Machi y Pere Arquillué se acompañen por Mireia Aixalá y Ernest Villegas para dar vida a lo largo de una hora y media a un argumento que tanto sobre los escenarios como a través de la gran pantalla ha traspasado fronteras y generaciones. Y es que no han sido pocas y conocidas las adaptaciones realizadas puesto que lo que Albee ideó no deja de ser una situación universal, aunque esté llevada al límite de la dramaturgia.

De hecho, como suele suceder con los clásicos aunque, como en este caso, pertenezcan al siglo XX, es que puede pasar el tiempo por sus páginas y, sin embargo, mantienen una actualidad que, por lo general, no suele dejar en muy buen lugar al ser humano. "Se trata de una compleja maquinaria sobre la vida humana en pareja, en compañía. Una máquina de coser hombres y mujeres", explica Veronese.

Pero no sólo las relaciones sentimentales nutren un montaje en el que también el alcoholismo, la pedantería y otras cuestiones van formando las capas de este retrato social que tanto revuelo causó en su momento y que sigue siendo un buen reflejo de no pocas situaciones de la actualidad.

El montaje significa además el regreso al teatro de la calle San Prudencio de una Carmen Machi que desde que dejó la pequeña pantalla no para de ser reclamada para algunos de los montajes escénicos más importantes que se están realizando en el Estado. De hecho, con casi todos ellos ha acudido a la capital alavesa, un encuentro que volverá a producirse hoy aunque a buen seguro no será el último.

Eso sí, como ha pasado en ocasiones anteriores con Machi de por medio, la taquilla se ha quedado vacía, así que quienes no tengan su entrada en la mano ya pueden ir despidiéndose de la obra más allá de que en el último momento, como suele pasar en ocasiones, alguna butaca salga a la venta.