Un bar, una conversación, una idea. Sucede no pocas veces, aunque en la mayoría de los casos la cosa no pasa de ahí. No es el caso de Leire Baztarrica, Iñigo Uribarri y Joel Bruña porque lo que empezó una noche de intercambio de propuestas va a hacerse realidad en poco más de una semana. Son jóvenes, de Gasteiz y, entre otras cosas, les une la música, una pasión que ahora les ha reconvertido en los creadores del Siberia Rock Festival, que los días 5, 6 y 7 de septiembre tomará cuerpo y alma en el Jardín de Falerina.

"Un buen día empezamos a delirar hablando de la escena que hay en Vitoria. De hecho, nos dimos cuenta de que casi todos los que estábamos en el bar en ese momento teníamos algún grupo. Así que nos dijimos que cómo molaría juntarnos todos, hacer un festivalillo en algún polígono, poniendo unos palés en el suelo...", recuerda Bruña. De repente en su camino se cruzó el concurso de proyectos del programa Haziak, impulsado por el área de Juventud del Ayuntamiento de Vitoria, y el trío se decidió a dar el paso. "Era algo que pensamos que iba a ser pequeño, con un presupuesto reducido, pero todo ha ido creciendo de una manera que no esperábamos", apunta Baztarrica, mientras que Uribarri describe que "incluso pensábamos que Falerina se nos iba a quedar grande y sin embargo ya sabemos que va a venir bastante gente de fuera de Álava. Está siendo muy interesante ver cómo ha ido evolucionando, cómo se ha gestado todo, y cómo se ha pasado de un certamen con bandas de colegas un día en cualquier sitio por ahí perdido a lo que va a ser al final el Siberia Rock", que tendrá como marco el ciclo Uda Place, organizado por el Hor Dago!, Montehermoso y Gauekoak.

La realidad es que desde diciembre no han parado. Reuniones, e-mails, llamadas, papeleo... todo para llegar al jueves 5 y que se produzca una primera jornada producto de otra idea impulsada por Haziak, una conferencia musicada sobre los orígenes del rock que se nutrirá también de jam sessions y la participación de Sideburn Mark's (One Man Band). Ya el viernes 6 por el escenario se irán dando el relevo The Brontës, Los Carniceros del Norte, Dead Bronco, Los Fontane, She'Sophie, y Jefe Chirpa. Y el sábado se concluirá el camino de la mano de The Allnighters, Sumisión City Blues, Arenna, Nukore, Daddy's Funclub y Wild Smoke. A todo ello, además, habrá que sumar la participación de varios Dj que mantendrán los sonidos despiertos cuando terminen los conciertos. Un maratón con evidente toque alavés y entrada gratuita.

"Lo que deseamos es que el público esté contento y que se lo deje todo para que los grupos también estén a tope" afirman, al tiempo que aseguran que "como creemos que todas las bandas merecen la pena, esperamos que esté lleno de principio a fin porque los grupos tienen mucho que ofrecer". Y eso que, como siempre, el cartel podría haber tenido muy diferentes caras. "En una libreta fuimos apuntando todas las formaciones de aquí que se nos iban ocurriendo y nos salieron como ciento y pico. A partir de ahí fuimos confeccionando posibilidades y nos pusimos a ver la disponibilidad de las bandas. Teníamos claro que siempre iba a ver algo que no pegaba y por eso nos decidimos a hacer como un plato combinado de bandas de Vitoria donde hubiera punk, surf, country...". Siempre, eso sí, bajo la idea de unir músicos jóvenes con otros un tanto más veteranos.

A ello se le ha sumado unos Dead Bronco que llegan desde Bizkaia, aunque está colaborando con ellos ahora el alavés Unai Marcos (quien a su vez es Sideburn Mark's), que forman parte de esta primera edición "porque a nivel de Euskadi están teniendo un tirón impresionante con un estilo de música que no está muy visto aquí. Es algo que nos parecía que la gente tenía que conocer y que nos gusta mucho". Y es que, y ellos tampoco tiene problema en decirlo, también las preferencias personales han tenido su peso a la hora de diseñar la cita.

"Esa una versión, a pequeño formato, de lo que es el Azkena. Proponemos un festival de acceso a todo el mundo, sobre todo porque es de entrada gratuita, y lo que queremos es que el público se sienta como en casa, también para que la gente que no está tan acostumbrada a estas cosas, acuda, se sienta a gusto y quiera repetir en otros conciertos o en el propio ARF. Es como una escuela de rock, como hacer cantera. Nos gustaría conectar con las personas que no son habituales para que, ya que es gratis, vean cosas que les sorprendan, que les enganchen y que eso sirva de cara a futuro", describen.

Claro que para poner todo en pie, los tres están que no paran desde hace meses. Además de contar con el apoyo de Haziak ("les hemos frito a e-mails, nadie les ha dado tanto el coñazo", ríen), el acompañamiento de los responsables de la sala Jimmy Jazz también ha sido fundamental para guiarles por todo lo que supone organizar un evento de este tipo. "Al hacer esto te das cuenta de todo lo que hay detrás de un festival y que el público no ve, aunque supone muchísimo trabajo". Y sin olvidar que las bandas han puesto de su parte. "La recepción por parte de todos los grupos ha sido excepcional. Nos han ayudado a cada paso, todo han sido buenas caras, se han entusiasmado con el proyecto... al principio no contábamos con eso, pensábamos que iba a ser todo más frío, pero se han involucrado de una manera absoluta. Hasta el punto de que incluso nos han ayudado a pegar carteles".

Pero todo este camino ya casi es pasado y quedará al margen cuando llegue el día 5. Será entonces el momento de hacer realidad el sueño, de compartirlo con el público. "Ha habido algún que otro momento de desesperación, pero estamos con muchas ganas de que llegue. Hay nervios pero llevamos tanto tiempo trabajando en esta idea que lo que queremos es que se haga realidad. El domingo 8 ya nos desinflaremos".