Casi sin darse cuenta, la vigésima edición del Festival de Teatro de Humor de Araia entra hoy en su última jornada. Eso sí, va a ser un adiós muy activo puesto que desde el mediodía hasta la noche, los espectadores se encontrarán con ofertas bien diferentes para disfrutar. Y, en realidad, es también un cierre parcial puesto que el certamen seguirá en los próximos días desarrollando la última parte de su cartel paralelo por diferentes puntos de Álava, centrado ya en Llodio tras haber pasado por localidades como Sabando, Labastida, Maestu...
Hasta que el último telón baje esta noche, muchas son las cosas que tienen que suceder. Tras la despedida, más les vale a los asistentes al certamen de este año no perder el recuerdo de lo vivido, porque las provisiones de carcajadas, poesía, reflexiones ácidas, críticas, instantes mágicos y demás van a hacerles mucha falta. Al propio festival también para que, a pesar de los ajustes económicos, empiece a pensar en su cita de 2014.
Pero mejor no precipitarse. Hay que ir por partes. Y este domingo va a comenzar pronto. De hecho, la compañía alavesa Pez Limbo ofrecerá a las 12.30 y a las 13.15 horas las dos últimas representaciones de ¿Espinazo o callos?, espectáculo que se produce para un público muy limitado de unas 20 personas (es necesaria reserva previa) y en un espacio desconocido hasta segundos antes de cada sesión. El grupo, que hoy va a hacer doblete en Araia con otro montaje, relata en esta propuesta de teatro a escasos centímetros la historia de una mujer acuciada por la crisis que acude a su carnicero de confianza para pedirle algo nada normal... aunque no se puede (debe) contar más.
Un poco después, a las 13.30 horas, será el momento de la colaboración anual entre el Festival de Teatro de Humor de Araia y Magialdia, que está ya en la cuenta atrás para celebrar sus 25 ediciones a mediados del próximo mes de septiembre. En el Txoko Magikoa volverá a aparecer Jesús Lavirgen!, es decir, un viejo conocido de la escena como es el ilusionista vitoriano Patxi Viribay, que hará las delicias de los presentes con sus trucos imposibles, todo ello cargado de historias y carcajadas a partes iguales.
De esta forma, la jornada de clausura llegará a un pequeño paréntesis para recuperar fuerzas y retomar el camino a las 20.00 horas, de nuevo de la mano de Pez Limbo pero, eso sí, con una apuesta del todo diferente.
Esta vez, la formación gasteiztarra, cuya agenda en los últimos meses casi no tiene huecos libres tanto dentro como fuera del País Vasco, representará Lana en la Herriko Plaza. En esta ocasión, los presentes en Araia se trasladarán a un taller de costura muy particular donde entre la poesía y la comedia se irán tejiendo diferentes momentos y personajes.
Justo una hora después, en Andra Mari Aretoa, tendrá lugar la última de las sesiones que desde el jueves ha ido ofreciendo el grupo alavés Detritus Teatrus de un Jhonny & Jane dividido en dos capítulos para la ocasión. La misma historia contada desde dos perspectivas distintas, la de ella y la de él. Así se ha estructurado el montaje protagonizado por Belén Nevado, que en estas jornadas se ha ido dando el relevo a sí misma y que esta tarde se despide con el último pase de la pieza contada por Jane.
Y así llegará la última cita de este año en el festival. Será en el interior del Arrazpi a las 22.30 horas, espacio que abrirá sus puertas a Enfila't, que regresa a tierras alavesas para volver a ofrecer Plecs, donde el papel se convierte en protagonista para convertirse en cuerda donde hacer equilibrismos, en instrumento musical, en alimento gastronómico... Estrenada en 2010, la obra ya se ha podido ver, además de en el Estado, en diferentes países, un recorrido importante aunque mediatizado por el hecho de que el grupo no es una formación estable, sino el punto de reunión paralelo de profesionales del circo que tienen sus otros proyectos por separado: el catalán Manolo Alcántara (creador junto a Xavier Erra de la idea original de la pieza), el vasco-francés Xabi Eliçagaray, el argentino Claudio Inferno y el danés Karl Stets. Con el humor siempre presente, y la ayuda del teatro y la música en directo, la compañía presenta un espectáculo de circo contemporáneo donde no se busca el más difícil todavía sino lo más bonito, lo más arriesgado, lo más innovador, según explican los componentes de la compañía.
Con estas propuestas se pondrá el broche de oro a una vigésima edición del Festival de Teatro de Humor de Araia que no ha sentido la necesidad de celebrar un número tan redondo de manera especial, aunque no hay duda de que llegar hasta aquí, y más en la situación actual, es todo un logro del que sentirse orgullosos. Eso sí, quedará poco tiempo para el descanso porque hay que empezar a mirar a dentro de doce meses.