madrid. Las fotografías de Emmet Gowin, que ha retratado desde 1965 hasta la actualidad a su musa -su mujer Edith-, paisajes de la naturaleza y los territorios devastados por la acción humana con una perspectiva íntima que invita a la contemplación, se exhiben en la sala Azca de la Fundación Mapfre de Madrid, en la mayor exposición sobre el artista en Europa.

La exhibición de los trabajos de este americano de 72 años arranca con sus primeras fotografías, captadas en su natal Danville (Virginia), lugar donde vivió gran parte de su vida y conoció a la musa inspiradora de sus imágenes: Edith, su esposa. Como se puede apreciar en la exposición, Edith será el punto de partida de su trabajo: sus primeras imágenes son retratos de su mujer, de su cuerpo desnudo, de su embarazo y su hijo Elijah. Así pone en evidencia su amor por ella y por la fotografía. Años después, Gowin empezaría a retratar su entorno familiar, especialmente a miembros de su familia política que aparecen en algunas de las instantáneas exhibidas. "Fotografiar a mi familia es una reafirmación de lo que realmente es importante para mi en la vida", expresó ayer un emocionado Gowin durante la rueda de prensa.

La importancia de captar imágenes cotidianas en lugares abiertos lo llevarían a interesarse por la fotografía de paisajes. Aunque casi toda la exposición sea en blanco y negro, Gowin ha sabido captar la esencia de la naturaleza, sin necesidad de color. Como consecuencia de su permanente interés por la naturaleza, recorrió Europa y Asia, en los años 90, buscando rincones para ser captados donde predominará el color ámbar, que evoca a lo histórico de aquellos lugares.