Unas prendas Sinpatrón

Su nombre es Alberto Etxebarria, pero su firma es Alberto Sinpatrón. "Me gustan las dos vertientes de Sinpatrón. Por un lado hace referencia a mi forma de diseñar, porque lo hago sin patronaje, trabajo directamente con los materiales sobre el maniquí. Y por otra se refiere a sin patrón, sin jefe".

¿Cuánto lleva viviendo Sinpatrón?

Pues ya son ocho años de trabajo en la firma... me di cuenta el otro día cuando tuve que hacer una retrospectiva.

¿Sabe que hoy en día es la envidia de muchos por lo de sin jefe?

Hombre, pues tiene sus cosas buenas.. y a veces también sus cosas malas, eh? Pero bueno, la verdad es que es un lujo dedicarme a lo que me gusta y como lo hago yo.

¿Y cómo es eso de que trabaja directamente sobre los maniquíes?

Pues sí... es mi manera de trabajar. No hago dibujos como la mayoría de los diseñadores actuales. Trabajo directamente con los materiales, ellos me inspiran y me influyen. Puede que tenga un idea de la prenda que quiero generar, pero me dejo llevar por cómo se va moldeando la tela, la manipulo, la arrugo... Es un trabajo con las manos, artesanal. Sin querer ser pretencioso, mi trabajo está más cerca de la sastrería clásica que de la forma de trabajar de los diseñadores actuales.

¿Entonces trabaja sin bocetos?

¡Fíjate que hago los bocetos después de que termino las piezas! Es como para mantener un recuerdo de cada una de ellas.

Y así, ¿cada prenda es única?

Cierto. Única e irrepetible, Mi moda es personal. No hay dos iguales. A veces hago producción de diez modelos, no más, y es imposible que dos sean idénticas,

Dice que llegó a esto por casualidad...

Y es cierto. Yo vengo de otras disciplinas relacionadas con la escenografía. Siempre en contacto con el arte pero que en un principio nada tienen que ver con la moda. Yo estudié técnico de iluminación en Edimburgo. Cuando volví a Bilbao, pues ya sabes, me tocó buscarme la vida. Como a cualquiera vamos... Llegué muy influenciado por la manera de vestir de Edimburgo, el punk, las faldas para hombre... Y claro, en Bilbo llamó la atención mi manera de vestir. Y me fueron animando a que comenzara a diseñar y crear mi ropa. Y así empezó todo.

Dicen de su ropa que es... diferente.

Por supuesto. Es única, diferente y divertida. Hay que quitarnos de encima ese rollo gris a la hora de vestir. Hombre, la ropa que nos ponemos depende mucho del estado de ánimo, y todos los días uno no tiene ganas de ponerse pasar de todo y de que todo el mundo le mire si quiere ¡Pero hay que divertirse un poco con la ropa!

Diseña más para hombre que para mujer.

Claro, porque ahora somos nosotros los que estamos más encorsetados. El armario actual masculino es aburridísimo. Por eso creo que necesitamos nosotros prendas diferentes.

Diferente también su forma de presentar su última colección.

Cierto. Y estoy encantado con el resultado.

No fue un desfile al uso...

No, no, más bien fue todo lo contrario. He desfilado en otros sitios y creo que hay maneras mejores de hacerlo que sacar a las modelos a toda pastilla a que se den un paseo con tus creaciones. Unas mujeres estupendas a las que difícilmente algo les puede quedar mal.

Eligió a la Alhóndiga.

Sí, y fue una gozada. El sitio es maravilloso, todo el mundo me echó un cable u conseguí presentar mi última colección, Sinple, de una manera mucho más expositiva y efectiva. Pude hacer lo que quería, una fusión de disciplinas artísticas para dar rienda suelta a mi visión de la moda.

Parece que lo suyo es huir de convencionalismos.

Es que he acabado un poco quemado de la parte más convencional de la moda: las pasarelas, dos colecciones por año en temporada... hasta los tejidos prefiero buscarlos y escogerlos en sitios que no sean ferias oficiales de moda... ¡donde siempre encuentras lo mismo!