málaga. El documental Encierro, dirigido por el holandés Olivier van der Zee, tiene el objetivo de transmitir toda la emoción de los sanfermines, tanto de quienes corren como de quienes los observan, y lo hace por primera vez con cámaras de tres dimensiones (3D), que meten al espectador en las calles pamplonicas. "Recuerdo ver las imágenes desde Holanda, y no entendía muy bien lo que era, pero me resultaba fascinante ver las calles llenas de gente y los toros corriendo, las cornadas y la violencia. Para mí eran una panda de locos, y no encontraba razones", afirmó ayer Van der Zee.

Pese a los cuatro años durante los que ha estado trabajando en este proyecto, que fue presentado ayer en la nueva sección no competitiva Málaga Premiere del Festival de Cine Español, admitió que no ha llegado a "entender al cien por cien" el fenómeno de los sanfermines, y avanzó que este año tampoco va a correr.

Enrique Urdanoz, uno de los productores del documental, resaltó que desde el principio tuvieron claro la importancia de que "al espectador le emocionase lo que viese".

"Técnicamente ha sido muy complejo. El encierro dura tres minutos y por donde está la cámara pasa en cinco segundos. Lo que no haces hoy lo tienes que hacer mañana y, si no este año, el siguiente. Las cámaras 3D además son muy voluminosas y había que colocarlas en el vallado", explicó Urdanoz.

A la hora de seleccionar el material buscaban "el equilibrio entre el morbo y la emoción", porque no querían que el resultado fuera demasiado sangriento, pero no han podido "huir de algunas cornadas".

Con un presupuesto en torno al millón de euros, ha sido "muy triste" el capítulo de la búsqueda de la financiación, porque "no hay sensibilidad y en algunas instituciones ni la han visto", lamentó.

"Detrás de los sanfermines hay un intento de darle sentido a la vida, y la vida se siente a través de la muerte. Cuando tienes la muerte tan cerca, después te sientes más vivo", apuntó Urdanoz, que recordó además el testimonio de padres cuyos hijos van a correr "y saben que puede morir, pero no le pueden decir que no porque tiene que vivir su propia vida".