la Seman Santa fuerza a los programadores desde tiempos inmemoriales a ofrecernos una escaleta de programas teñidos por rancio historicismo y aburrida repetición de contenidos e historias de libros de historia sagrada. Por estas minivacaciones van desfilando la vida de Jesús, sobre todo en su tránsito de tortura y muerte, las vidas de variados profetas y personajes de la historia del pueblo judío en un ejercicio repetitivo de dominadores romanos, indómitas tribus de Israel o reposiciones de Espartaco, Quo Vadis o Fabiola que nos someten a atracones cinematográficos aderezados con insulsas retransmisiones de desfiles procesionales de Andalucía barroca o seca Castilla. En este habitual horizonte de programación deja vu, se ha colado una superproducción de doce capítulos en torno a los personajes básicos del Antiguo Testamento hasta Jesucristo, en una concatenación de hitos en la historia del pueblo de Dios. Desde Noe, pasando por Abraham, Sansón, Moisés, Saúl, David y así hasta el Nazareno, la visión diacrónica del pueblo que hizo un pacto con Dios ha asomado en maratonianas sesiones televisivas. Huyendo del rancio desfile de protagonistas de guardarropía y alcanfor, buscando una manera más natural y verosimil de ofrecer las historias bíblicas, la producción acertadamente comprada por Antena 3 ha supuesto novedad en las tradicionales parrillas de este tiempo de reflexión y oración para el orbe cristiano. Presentar La Biblia como un desarrollo histórico de un pueblo forjado en el tiempo con narración televisiva apoyada en historias sucesivas es un novedoso recorrido audiovisual por historias, situaciones y personajes que son de acerbo común compartido y por ello se agradece ramalazos de frescura y novedad en el tratamiento de La Biblia, el más común libro.
- Multimedia
- Servicios
- Participación