LOS ÁNGELES. El cineasta canadiense James Cameron (Ontario, 1966), responsable de fenómenos como Avatar o Titanic -los dos filmes con más recaudación a nivel mundial-, se ha sacado de la chistera Cirque du Soleil: Worlds Away, un más difícil todavía en la carrera de este amante de los desafíos en su búsqueda por nuevas fórmulas para cautivar audiencias en las salas de cine.
En una entrevista, Cameron relató cómo se colgó de arneses, hizo de operador de cámara y colaboró con los acróbatas para capturar sus números desde puntos de vista imposibles y en tres dimensiones con el objeto de hacer que el espectador perciba la acción como "un participante" y no como público.
Un trabajo que iba mucho más allá de su función de productor ejecutivo en la película pero para este canadiense que se sumergió en las profundidades abisales eso solo "no habría sido divertido".
Cameron fue un ayudante del director del filme, Andrew Adamson (Las crónicas de Narnia o la triología de animación Shrek), en el auditorio de Las Vegas donde el Circo del Sol realiza sus espectáculos y aportó al rodaje su tecnología desarrollada para Avatar.
Cirque du Soleil: Worlds Away se estrena el 21 de diciembre en Estados Unidos y el 4 de enero de 2013 en España. El filme utiliza elementos de los montajes circenses O, KÀ, Mystère, Viva Elvis, Zumanity y The Beatles para narrar la historia de dos enamorados cuyos caminos se separan al caer en un mundo imaginario.
El proyecto resultó un desafío técnico para Cameron que tuvo hasta 18 cámaras 3D rodando simultáneamente, pero también una experiencia personal que le inspiró a pensar "más artísticamente e instintivamente".
"A veces tienes que enseñarte a ti mismo a ser libre. La gente del circo diseña sus números en un nivel subconsciente, como si fueran un sueño. Crean gestos salvajes de imaginación y no los pueden explicar porque no se puede justificar algo así", señaló.
Cameron consideró que Hollywood tendría que aprender la cultura creativa y de negocios de Cirque du Soleil a la hora de desarrollar proyectos, ya que los ejecutivos siempre quieren aplicar unas "normas narrativas que funcionan" pero que generan resultados parecidos.
"Es difícil maravillar a la gente hoy en día", afirmó el múltiple ganador de Óscar quien recientemente se vio impactado por el filme La vida de Pi, que calificó de "inspirador, sorprendente y hermoso". Cameron confirmó que las secuelas de Avatar siguen su curso tal y como está previsto y están aún en proceso de guión para entrar en preproducción el año que viene con la vista puesta en estrenar Avatar 2 en 2014 y la tercera en 2015, aunque ambas serán rodadas de manera simultánea.
El director de otras películas como Terminator aún no tiene claro cómo empleará la nueva tecnología que permite grabar a un mayor número de frames (imagen fija) por segundo, un sistema que aumenta la luminosidad y definición de las imágenes y con el que ya ha hecho pruebas junto con Peter Jackson (El Señor de los Anillos).
Ha sido este cineasta neozelandés el primero en atreverse con este formato, en su caso 48 frames por segundo (el doble del estándar, 24 frames por segundo), para The Hobbit con un acabado que Cameron ha calificado de "absolutamente alucinante".
"Los personajes hechos por ordenador parecen mucho más reales, las escenas aéreas, las de acción, te deja asombrado", manifestó Cameron en conversación telefónica desde Nueva Zelanda, donde vio la cinta de Jackson antes de su estreno.
Ante las críticas de quienes consideran que multiplicar los frames por segundo es contraproducente por crear un hiperrealismo ajeno a la estética del cine, Cameron se limitó a explicar que simplemente es "una nueva herramienta" y que requiere "maestría".
"Yo no la usaría en todas las tomas. Sé dónde la necesitamos. Cuando la cámara se mueve, vuela o para reducir el efecto molesto que se produce a veces con el 3D", indicó.
Más allá de Avatar, el director y productor canadiense dijo que "probablemente" consideraría sacar adelante una película sobre una misión a Marte, un proyecto que empezó en 1999 y fue el que le impulsó a crear toda su tecnología en tres dimensiones.