De India a Afganistán pasando por Colombia o Armenia. BakeaSormena ha viajado mucho desde su puesta en marcha el pasado mes de octubre. Su mirada al trabajo que realizan distintas agrupaciones sociales y culturales en la aplicación de herramientas artísticas para la resolución de conflictos está abarcando un área geográfica tan grande como el propio mundo. Pero esta vez, cuando ya sólo quedan tres entregas del programa puesto en marcha por el grupo de teatro Porpol, el acercamiento que permiten las nuevas tecnologías se hace para llegar a un punto cercano, a Barcelona.
En la ciudad condal tiene su base de operaciones la agrupación cultural Finmatun, protagonista del décimo encuentro del proyecto con el público a través de la implicación de artistas locales, un papel que hoy y mañana, como siempre a las 20.00 horas y en las cocheras del Palacio Escoriaza Esquível, desarrollará el Espacio Sinkro.
La agrupación catalana es un colectivo de creadores del ámbito de las artes visuales, de la música y de la producción artística que, desde el 2006, trabaja de una manera estable desarrollando acciones de creación, dinamización social y producción artística con personas privadas de libertad y en contextos socialmente desfavorables. "Pensamos que el arte es un derecho universal que nace de, por y con las personas, construyendo una visión de la realidad y del mundo en el cual vivimos desde todas sus parcelas y todos sus rincones", explica la asociación, cuya labor se centra, sobre todo, en las prisiones.
"Conocerles ha sido toda una revelación por lo que hacen y cómo lo desarrollan. Tienen, por ejemplo, piezas de vídeo-creación que son interesantísimas. Y en cuanto a la temática... reconozco que me han llegado mucho al corazón", explica Alfonso García de la Torre, quien junto a Guillermo Lauzurika e Ignacio Monterrubio conformarán el grupo que Espacio Sinkro propondrá hoy y mañana.
A través de la electroacústica, los tres invitarán a los presentes a realizar una inmersión acústica, un viaje para sumerguirse en otras realidades, las que trabaja Finmatun. "Mientras la gente asista a la exposición de lo que hace esta asociación, nosotros estaremos en el medio cocinando los sonidos; y según cada uno se mueva, cambiará su perspectiva del sonido", apunta García de la Torre, consciente de que el espacio tiene algunas dificultades acústicas.
"El arte no está al margen de nada. Debe servir también para conocer qué pasa aquí o allí", apunta el responsable del espacio creado a partir de la labor que a finales del siglo pasado impulsó el maestro Carmelo Bernaola desde la dirección del Conservatorio de Música Jesús Guridi. Así, García de la Torre, Lauzurika y Monterrubio serán el enganche, el puente, el nexo de unión, aunque de manera metafórica, entre el público de BakeaSormena y la labor cultural y social de Finmatun. "Entre ellos y nosotros vamos a proponer un visionado y una escucha activas".
A esta cita, García de loa Torre llega tras ser también público en algunos de los encuentros anteriores del ciclo, "una idea muy buena", según sus palabras. "Es una propuesta muy interesante porque nos acerca a realidades muy duras que es necesario mostrar sin ánimo, eso sí, de ir de salvadores ni nada por el estilo". "Es una suerte que hayan querido contar con nosotros".
Y eso que la agenda de Sinkro no para. El espacio finalizó el pasado 29 de noviembre una nueva edición del Bernaola Festival (certamen que ha contado, por cierto, con una alta participación de público) y lo hizo presentando el último disco que ha grabado bajo su propio sello, un álbum dedicado a la música de cámara del maestro Bernaola. Es más, el propio García de la Torre se perdió el paso por BakeaSormena la semana pasada de su compañera Zuriñe Gerenabarrea puesto que estaba actuando lejos de Álava. "Es que siempre hay que estar en movimiento; no quiero que me salgan telarañas", apunta.