Vitoria. De Inglaterra a Argentina. El Festival Internacional de Teatro de Gasteiz ha empezado su trigésimo séptima edición con las maletas preparadas. Y eso sin salir del Principal, que todavía no se han puesto en marcha otros escenarios. Si el jueves y ayer, el protagonismo inaugural recayó en el grupo inglés Propeller, hoy la capital alavesa mira a la cartelera de Buenos Aires para descubrir la obra Los talentos, otro estreno -como en el caso de Pocket Henry V- en el País Vasco.

Eso sí, quien no tenga su entrada en la mano ya se puede ir despidiendo. De la calidad del montaje nadie dudaba en la Red Municipal de Teatros, por eso se quiso contar con él para el certamen. Sin embargo, en el servicio del Ayuntamiento de Vitoria no ocultan su sorpresa con el tirón que la propuesta ha tenido desde el principio en taquilla, más allá de su aforo limitado. No queda ni un sólo hueco desde hace varios días para encontrarse con esta historia creada y dirigida por Agustín Mendilaharzu y Walter Jacob.

Aquellos que sí hayan tenido la suerte de hacerse con una de las butacas de la calle San Prudencio, se encontrarán, a partir de las 20.30 horas, con un montaje estrenado en 2010 que ubica a varios jóvenes en un piso que se ha convertido en su guarida con respecto al mundo exterior, un espacio donde sentirse seguros y cultivar su capacidad intelectual hasta límites insospechados, pensando que esa armadura no podrá ser desarmada cuando no les quede más remedio que enfrentarse al exterior cara a cara.

A medio camino entre el drama y la comedia, la propuesta llega desde el otro lado del Atlántico con unas críticas que para sí quisieran muchas de las grandes figuras de la escena que este año acudirán al Festival Internacional de Teatro. Es más, el público que se quede con ganas de conocer más de la obra, sus intérpretes o creadores, tendrá la oportunidad de hacerlo tras la función prevista hoy.

Y es que el certamen, siguiendo la línea abierta el año pasado con bastante buena aceptación, abre hoy su programa de tertulias en el ambigú del Teatro Principal, una ocasión de encuentro directo entre los espectadores y las compañías que volverá a repetirse en otras dos ocasiones a lo largo de estos casi dos meses de festival.