Vitoria. Su nombre es sinónimo de teatro. Y, a partir de ahora, será incluso bautismo teatral. A punto de cumplirse dos años de su fallecimiento -22 de julio de 2010-, el Ayuntamiento de Gasteiz ha decidido recordar una vez más la figura de Félix Petite, y con ese objetivo ha otorgado su nombre a las tablas del nuevo teatro del centro cívico Ibaiondo, que se une así a la decisión de dedicarle una calle situada en Arretxabaleta.
Un nombre, el de Félix Petite, asociado para siempre en Vitoria -y fuera de ella- al telón, bien por sus labores como intérprete en grupos como la agrupación de cámara Manuel Iradier o La Farándula, bien por la creación -junto a Manu Aguilar y Jesús López de Quintana- del Festival Internacional de Teatro, una de las señas de identidad de la cultura local y estatal. Pero no sólo por eso, sino por una dedicación y pasión perpetuas hacia todo lo relacionado con el universo escénico, crítico implacable, impulsor de proyectos constante, programador insaciable -de los que se veían todas las piezas que acababan en las tablas-, y, a la par, fomentador de la ilusión y de la primera oportunidad para muchos autores y profesionales gasteiztarras del gremio.
Un nombre, el de Félix Petite, que tiene por ello un eco ganado a pulso en todos los rincones de las tablas vitorianas, y que ahora, con su designación para nombrar las del centro cívico Ibaiondo se une a los del escritor Beñat Etxepare (Iparralde), el concejal de Cultura Jesús Ibáñez de Matauco (Hegoalde) y el poeta Federico García Lorca (Lakua), dibujando un cuarteto de lujo para las tablas complementarias a las del Teatro Principal, donde los responsables de la red municipal colocaron también tras su fallecimiento un lienzo en su honor, presidiendo el espacio donde se realizan los encuentros de prensa.
Con capacidad para más de trescientos espectadores -lo que lo convierte en el más potente de este cuarteto de teatros-, el más joven de los proscenios alaveses ya ha estrenado su espacio en los últimos meses con abundantes piezas de teatro amateur -esto gustaría a Petite- y propuestas novedosas como la del Oreka Festival -esto probablemente no le gustaría tanto como espectador, pero sí el hecho de que jóvenes gasteiztarras demuestren iniciativa y pasión-.
Falta el último paso, ése que podría llegar con la próxima edición del Festival Internacional de Teatro que él mismo impulsó. El paso de que la programación que ya acogen Lakua, Hegoalde e Iparralde también atraque en estas nuevas y trabajadas tablas.
Unas tablas que, dentro de poco, gozarán de una protección extra, la del nombre de Félix Petite, un adicto al teatro que será a su vez puerta para que muchos otros puedan acceder a las obras del futuro. A las obras que seguirán construyendo la identidad teatral de la capita alavesa año tras año.