ENTRE 40.000 y 45.000 personas verán a Bruce Springsteen y su E Street Band esta noche en el estadio de Anoeta a partir de las 21.00 horas. Sin embargo, solo unos privilegiados podrán verle de cerca, seguir todos sus movimientos sin perderse ni una cuerda de la guitarra, reconocer a los miembros de la banda e incluso tocarle la mano durante unos segundos.
Privilegiados según como se mire, porque algunos llevan desde el jueves esperando, a los pies del estadio, la llegada del Boss. Su primer puesto se lo ganan a base de paciencia, dormir poco, aguantar las inclemencias del tiempo y, sobre todo, organización. El primero que llega tiene derecho a regular cómo se gestiona la entrada al pit. El pit es la zona reservada y separada por vallas del resto de la pista para poder estar lo más cerca posible del escenario. En Anoeta accederán a este lugar unas 3.000 personas, de las cuales las 1.000 primeras se rigen por un sistema de lista muy bien preparado.
El número uno llegó el jueves antes de las nueve de la mañana y preparó la lista en la que se podían apuntar los asistentes en orden. Juan Carlos, de Bilbao, llegó a las nueve y ya había seis personas antes que él. Durante el jueves los primeros se fueron turnando para montar guardia y apuntar a los que llegaban. Ayer, se pasó lista tres veces, una a las 9.00 horas, otra a las 16.00 y la última a las 21.00. Por la tarde se contabilizó hasta el número 153. Durante la noche, tres turnos de voluntarios se han quedado en el estadio para controlar que todo siga su curso.
En este sistema se pueden apuntar hasta mil personas. Esta mañana se ha hecho el último recuento y a las 15.00 horas se repartirán mil pulseras por parte de la organización, que asume este procedimiento preparado por los propios fans. El millar de privilegiados entrará por dos laterales, 500 y 500, ordenadamente y de uno en uno "porque a veces la gente va en fila de a tres y corriendo, pero no será este caso", explica Juan Carlos. A quienes entren sin numeración también se les dará una pulsera para poder moverse libremente por el pit y toda la zona del estadio.
Juan Carlos está bregado en este tipo de situaciones. "Me gusta esta espera, aguanto bastante y me pego unas palizas tremendas. Duermo muy poco, soy muy nervioso y me siento cómodo aquí", dice el bilbaino. Este seguidor tiene la suerte de tener unos tíos en Donostia, y así ha podido acercarse en algún momento a su casa para descansar y estar más fresco, si no "el día va a ser muy largo". "Pero sé que voy a aguantar porque al final siempre aguanto".
No será su primer concierto de esta gira, ya que le ha visto en Sevilla y Barcelona. Para asistir al Olímpic se "pegó una paliza de nueve horas en autobús de Bilbao a Barcelona", pero "mereció la pena para escuchar Racing in the streets, porque es una canción increíble". Aun habiendo ya visto estos dos conciertos y ser el decimoquinto, espera que el de esta noche sea "un conciertazo, porque viene descansado". Quince conciertos parecen muchos, pero el barcelonés Oriol lleva 23. Desde el 2006 ha visto todos los de Euskadi, pero también ha viajado por "Europa y, puntualmente, por Estados Unidos". Oriol guarda, además, un recuerdo muy especial del anterior concierto en Donostia: "Me tocó la mano y estuvimos juntos unos segundos y, hostia, es una sensación con la que se te olvidan todas las horas de espera, de calor de lluvia, y solo por ese momento lo vale todo". Aunque él y sus amigos, Roger y Marta, temen la lluvia, aseguran que "lo importante es el concierto".
Los tres llegaron ayer a las 13.30 y consiguieron los números del 120 al 122. "Sé que voy a estar bien, pero esperaba estar más adelante porque hace cuatro años vine a la misma hora y tenía el 25", recuerda Oriol. Con este número tienen dos alternativas, o estar centrados pero no en primera fila, o colocarse en un lateral y en primera fila.
Virginia y Nano se presentaron en Anoeta ayer antes de las diez de la mañana procedentes de Madrid y lograron la posición 63 y 64. "Le hemos visto en primera fila y más atrás, y hay diferencia. Es otro concierto, los dos muy buenos, pero en primera fila mejor", indica Nano. Después de tres años de ver al Boss por última vez, esperan "mucho de este concierto", en parte, por la renovación y ampliación de la E Street Band. La fan turolense Gloria, consiguió estar en la posición 50 "de chiripa". Llegó el jueves por la noche y, como tenía el hotel cerca del estadio, decidió acercarse para ver el ambiente. "Había tres personas y ya nos apuntamos", explica esta seguidora que ha visto más de 25 conciertos y que recorre los escenarios del Estado para ver a Bruce desde 1988. Gloria, además, conoce a muchos de los que están en las primeras filas, porque comparten un foro, springsteencorner.com. "Estás entre amigos que hace tiempo que no ves y pasas buenos ratos. Tenemos complicidad entre nosotros", afirma ilusionada.
Poder estar en la primera fila "es más cómodo después de llevar muchos conciertos". "Te aseguras tu espacio y poder verlo. No te pierdes detalle movimientos. Y aunque es un poco agobiante tener que venir dos días antes, sarna con gusto no pica".