vitoria. No son buenos tiempos -y perdón por el chiste malo- para la lírica. También hasta la Banda Municipal de Vitoria ha llegado el recorte generalizado -para todo aquello que no sea macroproyecto- del ente municipal. Preguntado por ello, Hilario Extremiana reconoce el tijeretazo, que afecta sobre todo a la contratación -el tamaño de la banda obliga a fichajes para muchas obras-, adquisición de instrumentos y transporte.
Así que, en palabras del director de la agrupación, toca "capear al temporal; espero que no nos afecte a la hora de llevar nuestras obras adelante, a la hora de divulgar. Mientras no nos afecte a eso, que es nuestro principal capital...". Aunque los gastos de programación de la banda crecen de los 55.300 euros de 2011 a los 60.000 de 2012, la podadora llega en otros dos capítulos. El capítulo destinado a las colaboraciones de la agrupación baja hasta casi desaparecer, de 36.000 a 1.000 euros, un proceso similar a la partida dedicada a equipamiento, que desciende de los 37.275 euros hasta los 1.500 euros.
"Espero que el tema de personal no nos toque", confía Extremiana, porque cada uno de esos toques significa un perjuicio, y golpear de lleno al capítulo de los propios músicos podría "llevar a no poder trabajar", aunque el director cree que no se llegará a afectar al apartado del "capital humano".