Vitoria. Ya están dados los primeros pasos, por lo menos con respecto al público adulto. Y parece, además, que con división de opiniones con respecto a la propuesta de Jo Stromgren, lo cual siempre es bueno y positivo. Lo peor es la indiferencia. Así que al XXXVI Festival Internacional de Teatro de Vitoria le toca ahora ponerse manos a la obra con los jóvenes y pequeños, un camino que iniciará mañana a partir de las 18.00 horas.
El certamen alavés es un pionero en el trabajo continuado con el llamado público familiar. No en vano, en este 2011 se cumplen 20 años desde la primera vez que se organizó como tal un ciclo infantil como una parte más de la programación del festival. Desde entonces ha llovido lo suyo y la cita ha sumado incluso espectáculos específicos para bebés.
En estas dos décadas puede que hayan cambiado muchas cosas pero lo que se ha mantenido inalterable es la fiel y alta asistencia que han ido registrando las distintas ofertas planteadas a los espectadores. Esa costumbre se va a cumplir también mañana ya que en el Principal sólo quedan entradas disponibles en el anfiteatro primero.
Aquellos que ya tienen su butaca reservada y los que se apunten en el tiempo que queda se encontrarán con La Llave Maestra, una compañía nacida hace un par de años a medio camino entre Chile y Navarra. De hecho, el grupo se estrena en Gasteiz con la presentación de su primer montaje, un Bestiario en donde la imaginación está a la orden del día.
La formación, compuesta por creadores de ambos lados del Atlántico dispuestos a unir y compartir experiencias y pensamientos, se sirve de máscaras y objetos de lo más diverso para crear un mundo fantástico donde no hay palabras pero sí animales que recuerdan a seres reales pero transformados.
Una escenografía casi inexistente, la música de Gorka Pastor y la labor de los intérpretes y manipuladores son los tres elementos básicos de una propuesta que no cuenta una historia lineal al uso, sino que va presentando diferentes números. "Es una obra lúdica y accesible que también presenta aspectos interesantes para la gente mayor que acompaña a los pequeños", explicó ayer Álvaro Morales, director del montaje.
Tubos de aire acondicionado que toman vida, abanicos que no lo son y otros materiales sirven a la hora de dar forma y fondo a 60 minutos de mezcla entre el teatro de máscaras, la comedia del arte, la danza, el circo y el mimo. Todo ello al objeto de crear una atmósfera especial, divertida y a la par poética, tomando como punto de partida a un niño con mucha imaginación.
"Muchas veces nos preguntan cómo hacemos una figura o cómo conseguidos determinado momento. Pero detrás sólo hay un largo, y también divertido, proceso de investigación y trabajo", argumentó Izaskun Mujika, componente de una compañía que ya tiene sobre los escenarios el segundo montaje de su trayectoria.
De momento, su presenta más inmediato pasa por Bestiario y por Vitoria, una ciudad en la que tantas veces ha demostrado su calidad la formación alemana Familie Flöz, grupo con el que La Llave Maestra ha compartido talleres y vivencias, y al que reconoce como clara influencia sobre su propuesta escénica. "Hemos querido pescar entre sus herramientas para conseguir, con otras aportaciones y nuestras ideas, armar un lenguaje propio y distinto", apuntó el director.