Rock in Rio bajó ayer el telón en una noche de rock atronador en la que los legendarios Guns N'Roses se unieron a bandas más recientes como System of a Down y Evanescence, que pasaron como un terremoto por la edición carioca de este festival. El grupo liderado por Axl Rose era el más aguardado y el encargado de ofrecer un desenlace apoteósico al festival, con canciones clásicas como Sweet Child of Mine o Welcome to the Jungle. Antes elevaron los decibelios los estadounidenses System of a Down, que protagonizaron la actuación más contundente de la noche, con su metal desnudo y ensordecedor que llevó a la locura a los cerca de 100.000 espectadores. Evanescence también encantó a la multitud con su rock sinfónico, que desciende a lo más lúgubre con los pesados acordes de la batería acompañada de la voz delicada y profunda de Amy Lee. Rock in Rio, que este año se ha prolongado siete días divididos en dos semanas, volverá el año que viene a Lisboa y Madrid y tendrá una nueva edición en Río de Janeiro un año después, según confirmaron los organizadores.