El director y pianista argentino-israelí Daniel Barenboim dijo ayer que nada le haría más feliz que "un concierto que todos los coreanos puedan escuchar". El director se encuentra en Seúl para un ciclo de conciertos con la West-East Divan Orchestra (WEDO) que culminará el 15 de agosto en la Zona Desmilitarizada, la tensa frontera que separa las dos Coreas. Barenboim y la orquesta, en la que participan, entre otros, músicos israelíes y palestinos, quieren demostrar que "la música hace el diálogo mas sencillo". Aseguró que no se siente nervioso por tomar la batuta en una zona de alta tensión bélica. "La propuesta (de un concierto en la frontera) me hizo venir aquí", indicó Barenboim. El concierto de la Zona Desmilitarizada tendrá lugar el lunes en el lado sur de la frontera, donde los jóvenes músicos de la WEDO, que cuenta con 22 españoles, interpretarán la Sinfonía número 9 de Beethoven. "Sería muy feliz si el público procediera de las todas las partes", aseguró Barenboim al expresar su esperanza de que los norcoreanos también pudieran asistir. "La música no resuelve los conflictos, pero tiene la capacidad de unir las pasiones de la gente", afirmó. Dijo no ser quien para dar consejos sobre la situación entre las dos Coreas, pero recordó que "los que buscan el diálogo encuentran el camino".