El próximo martes, 7 de junio, la reina Sofía inaugurará este museo, situado sobre un montículo que mira al mar Cantábrico.

Su construcción ha concluido de forma satisfactoria para las instituciones que la han impulsado, tras un proceso de más de una década en el que afloraron irregularidades que ahora investiga la Justicia y en el que el presupuesto se triplicó con creces.

La secretaria técnica del Ministerio de Cultura, Ángeles Fernández Simón, ha asistido hoy junto a la consejera de Cultura, Blanca Urgell, la diputada foral María Jesús Aranburu y el alcalde de Getaria, Andoni Aristi, a la presentación del Balenciaga Museoa a los medios de comunicacin.

Casi un centenar de piezas de Balenciaga -70 vestidos y una veintena de complementos- conforman la exposición permanente del museo, montada a partir de las más de 1.200 piezas de su colección, que se irán mostrando de forma rotatoria por periodos no superiores a un año, debido a requisitos de conservación.

Entre las piezas que se mostrarán en esta primera etapa, se exhiben un abrigo y un vestido que Balenciaga confeccionó para Grace Kelly y el traje de novia de la Reina Fabiola de Bélgica, que fue propietaria del palacio Berroeta-Aldamar, unido ahora a la moderna cubierta acristalada del museo.

Se trata de una villa de veraneo del siglo XIX, que ocuparon los marqueses de Casa Torres, abuelos de Fabiola de Bélgica, quienes introdujeron al modisto, hijo de un pescador y una costurera, en la vida de la alta sociedad.

Algunas de las personas para las que trabajó Balenciaga han donado sus vestidos a la Fundación que gestiona el museo y que tiene como presidente fundador al modisto francés Hubert Givenchy y como vicepresidenta a Sonsoles Díez de Rivera. Los presidentes de honor son los reyes de España y Fabiola de Bélgica.

TRES GRANDES VOLÚMENES CÚBICOS

Los periodistas han recorrido hoy los tres grandes volúmenes cúbicos suspendidos sobre el gran vestíbulo del recinto, que contienen en dos plantas y un total de seis salas las creaciones de Balenciaga.

Los vestidos se han distribuido por temáticas y para su exhibición la luz y el color son fundamentales, desde el blanco inmaculado para los trajes de novia al azul oscuro para los de noche.

Miren Arzalluz, responsable de Contenidos del museo, ha explicado que la conservación de los tejidos exige su exposición con una luz muy tenue, que imprimen al paseo por las salas una atmósfera intimista.

La visita parte de un primer espacio, "Comienzos", donde se han reunido creaciones de los primeros años de Balenciaga, cuando trabajó en Donostia, Madrid y Barcelona, entre ellos el que se considera su vestido más antiguo, un traje sastre que confeccionó en 1912 para su prima.

El recorrido sigue por las salas "Día", "Cóctel", "Noche", "Novias", y concluye en "Balenciaga esencial", donde se muestran además proyecciones del proceso de creación del vestido, desde el patrón hasta su ensamblaje.

Los vestidos, abrigos y trajes se exponen sobre maniquíes hechos a la medida de cada uno de ellos, como protagonistas absolutos de este lugar que, en palabras de Fernández Simón, es "único y excepcional en la historia internacional de la moda".