vitoria. Entre las múltiples combinaciones que ofrecen los cruces de instrumentos, la de violín y piano se ofrece como una de las más predispuestas a la emoción y a la apoteosis melódica. Dos talentos de sus respectivas cuerdas -no lo olvidemos, el piano canta con la percusión de las suyas- se dan cita para probar las virtudes de esta combinación en el Teatro Principal. Philip Glass, al teclado, y Tim Fain, provisto de alma y arco, subirán el telón a las 20.30 horas.

El compositor Philip Glass (Baltimore, 1937) es uno de esos artistas que se han ganado a pulso portar el sello de revolucionario en el complejo y prolífico universo musical. Asociado al adjetivo minimalista, él prefiere autodenominarse creador de estructuras repetitivas, un camino que le abrió su colaboración con Ravi Shankar y el descubrimiento de la música india.

Unida esta revelación a su formación tradicional -comenzó a hacerlo en la Juilliard School-, todo redundó en un trabajo que ha pasado desde el underground más ignorado hasta convertirle en un producto de masas. En su curriculum conviven desde la composición de óperas experimentales hasta su partitura para uno de los documentales más referenciales de la historia, Koyaanisqatsi.

En esta ocasión, Glass une su talento al del violinista Tim Fain, seleccionado por la revista Symphony como uno de los jóvenes artistas más prometedores en el año 2006 y reconocido por el Washington Post como un músico con "todo lo que se necesita para desarrollar una carrera de primer nivel".

Juntos, Glass y Fain -que fue solista del Ensemble y primer violín del Rossetti String Quartet- ofrecen una velada de música de cámara que incluye el estreno europeo de una pieza compuesta en exclusiva por Philip Glass para el propio Fain: Partita for solo violin in seven movements. "Creo que es sin duda una de las mejores de Glass: tan oscura, tan lírica, tan melódica...", afirma el violinista. El cruce de cuerdas se acerca.