Madrid. Mientras José Luis Rodríguez Zapatero se esforzaba por afianzar las relaciones con el emir de Catar, Hamed bin Jalifa al Thani, en su intento por atraer inversiones a un país sumido aún en la crisis, los españoles descubrieron en la segunda esposa del jeque árabe (la única a la que lleva en sus viajes por el mundo), Mozah Bint Nasser, un nuevo símbolo de glamour. Tienen en común siete hijos (cinco varones y dos mujeres).

La jequesa, cuya edad real es un misterio, atrajo muchas miradas desde que el lunes aterrizó en Madrid junto a su marido. Y su imagen, ataviada siempre con un elegante turbante del mismo color que sus prendas, se extendió en los medios españoles, que la han calificado como "la jequesa más liberal del Golfo Pérsico" y "como una mezcla entre Rania de Jordania y Carrie Bradshaw (el personaje de Sarah Jessica Parker en Sexo en Nueva York), tan pulcra como la primera y tan atrevida como la segunda, todo ello con un toque muy personal".

Se trata de la única mujer que, ocupando esa posición en esa zona del globo, se atreve a mostrar su rostro. Alta, siempre elegante, los cambios de look de la jequesa Mozah han cautivado a los interesados en la moda. Aterrizó en España con un vestido largo y blanco, de manga larga y cuello redondo. A juego, una americana y el turbante del mismo color. Un cinturón y un bolso de cuero marrón rompían la monotonía y unas gafas de sol de pasta en carey le conferían un aire de diva hollywoodiense. Para almorzar con los reyes se cambió y se puso un vestido púrpura, también largo. A juego, el turbante. Y para la noche eligió otro en rosa pálido, turbante, cómo no, a juego. Muchos españoles seguramente no habían oído hablar de ella hasta ahora, pero lo cierto es que está considerada como una de las mujeres más elegantes del mundo, un título que se ha ganado adaptando a la moda la etiqueta que le exige el protocolo del cargo que ocupa. Mozah no escatima en trajes, joyas y zapatos. Dior, Chanel, Gaultier y Armani son sus firmas fetiche.

socióloga Dejando el glamour a un lado, Mozah Bint Nasser está considerada también como una de las mujeres árabes con más proyección internacional e influencia. Es hija de un nacionalista árabe que tuvo que exiliarse de Catar. Por nacimiento no formaba parte de la Familia Real catarí. Al jeque le conoció en un avión cuando se dirigía a un congreso y tuvo que transgredir las reglas para poder casarse con él, pues era plebeya y él todavía heredero. Se casaron en 1977 y desde que él está al frente del emirato, ella se ha implicado de forma activa en las reformas educativas y sociales que ha realizado Catar, impulsando entre otras cosas la Fundación Catar para la Educación y la Ciencia.

Aunque su presencia mediática desde entonces es cada vez mayor, la vida de esta mujer sigue conservando muchas incógnitas para occidente. La primera, su edad verdadera. Ninguna de las biografías oficiales de la jequesa Mozah aclara el dato, aunque son muchos los que sitúan su fecha de nacimiento en el año 1958. Licenciada en Sociología, ha sido invitada en varias ocasiones a pronunciar conferencias en universidades estadounidenses y allí ha reivindicado un islam tolerante y ha abogado también por la democratización y por un mayor papel de la mujer en el mundo árabe.