Vitoria. Su padre, el maestro Enrique, tenía que haber sido uno de los grandes protagonistas de la pasada programación navideña en el Principal. Pero la desgracia hizo que desapareciese el 13 de diciembre. Justo al día siguiente (la rueda de prensa ya estaba prevista y anunciada), la Red Municipal de Teatros presentaba la sexta edición del ciclo Grandes Conciertos, entre cuyas citas estaba su nombre. Sólo han pasado cuatro meses de aquello y hoy, en el mismo escenario que su progenitor no pudo pisar al final, Estrella pondrá voz a la actuación especial que ofrecerá la Orquesta Nacional de España (ONE). Será a partir de las 20.30 horas, aunque quien no tenga su entrada ya en la mano puede ir despidiéndose porque el aforo está completo desde hace semanas (claro que siempre salen algunas butacas a la venta en el último momento).

Flamenco y música clásica frente a frente. Esa es la propuesta que la ONE y la cantaora presentan. Un mestizaje que se abre paso ante aquellos que no saben o no quieren salir de purismos a veces recalcitrantes y encorsetadores. Con esa idea en la cabeza, en el recital se interpretará Cuatro Danzas Ballet Estancia, de Alberto Ginastera; el Bolero de Maurice Ravel; Siete canciones españolas, de Joan Albert Amargós, y El amor brujo, de Manuel de Falla, estas dos últimas interpretadas por Morente, a quien Josep Pons, director de la ONE, considera una de las máximas representantes del cante flamenco, equiparable a "una de las grandes del clásico".

"Estamos en una época ecléctica, de fusión, en la que de nada sirve el encasillamiento, siempre que haya calidad", destaca Pons en una entrevista concedida antes de su visita a la capital alavesa. Frente a quienes defienden el purismo y la ortodoxia, este experimentado director de orquesta, que en 2012 se hará cargo de la dirección musical del Gran Teatro del Liceo, apuesta por el mestizaje que, según recalca, "ha existido siempre".

"La música clásica surgió de la música popular" y el flamenco "no nació en el inicio de los tiempos" sino que, al igual que el jazz y otros géneros, se desarrolló al emparentarse con otras músicas. El jazz, recuerda, vio la luz al viajar la música negra a Estados Unidos y mezclarse con los ritmos aborígenes, y a lo largo del tiempo ha tenido una importante evolución tal y como ha ocurrido con el flamenco, cuyos principales intérpretes, considerados hoy clásicos del género, fueron en su día unos "revolucionarios".

En este devenir musical, el que fuera director musical de las ceremonias de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 y que ha llevado la batuta ante orquestas como la Sinfónica de Gotemburgo, la Nacional de Francia o la Tokyo City Philarmonic, apuesta por experiencias como la que se presenta hoy en la capital alavesa, que obligan, según Pons, a los músicos a enriquecerse con ritmos y métricas a las que no están acostumbrados.