Quien no sabe bailar dice que los tambores no valen para nada". El proverbio llega desde Ghana, desde esa cuadrícula del continente africano donde, según los últimos estudios, se gestó la raza humana. Mucho más cerca, los ritmos primigenios, los que convocan el movimiento de los cuerpos, se alían ya en Gasteiz, que desde hoy se convierte en cuadrilátero de baile, en una gran calle donde la expresión más callejera de la danza toma forma en el festival Oreka. El baile toma la palabra con su caligrafía. La ciudad la conjuga en kalegrafia.

Esporádicos han sido hasta la fecha los encuentros con la danza de corte urbano que ha acogido la capital alavesa. Oreka, en cambio, nace con voluntad de crisol, con ansia de compendio, con ganas de ser punto de encuentro. Su primer paso no es en falso y predica lo que resume su bautismo, un equilibrio de facetas que, al igual que el propio baile, trata de contener la armonía del gesto para que la coreografía no nazca incompleta.

Oreka (Urban Dance Festival) es confluencia. Es estudio. Es práctica. Es fiesta. Durante cuatro días pretende abarcar todas las perspectivas posibles del baile. Y no quedarse ahí. No marcar una único huella en la luna y vivir de su recuerdo. Oreka ha venido para quedarse... Bailando de sol a sol. "Para introducir al público en una disciplina como son las danzas urbanas, hemos apostado por una fórmula que aúna de forma equilibrada formación y espectáculo", afirma la presidenta de la asociación Oreka Dance, Miren Amestoy.

Todos los caminos empiezan igual. Con el primer paso. Y el que dará inicio al festival hollará esta tarde el teatro del centro cívico Ibaiondo, que junto a su homólogo San Andrés y la sala People ejercen como pistas de este trayecto de cuatro jornadas en el que hasta 160 profesionales y aficionados han confirmado ya su asistencia. Origen, historia, evolución... La comprensión del pasado -aún reciente, aún latente- de la danza urbana exigirá hoy, desde las 19.00, los primeros compases, que pronto harán cosquillas a los pies. Los dos interlocutores, Marcos Ramos y José Antonio Pina, combinarán palabras con hechos, ejemplificando sus explicaciones con bailes. Junto a ellos, Quick, uno de los grupos de referencia en el street dance europeo.

Mañana -por la tarde- y el sábado -todo el día-, Ibaiondo pasará testigo a San Andrés y el pasado cederá pista al presente, que seguirá varias ramas coreográficas. Una decena de profesores -Marcos Ramos, Dani Garrido, Wendy Garcia, los tres componentes de Quick -Bilal Malik, Suleman Malik y Nassir Shrikan- y Ainara Prieto- guiarán los talleres didácticos. Y prácticos.

Y tras el suculento plato formativo, el cuerpo tendrá ganas de postre. Tras cargar, toca descargar. Sala People. Viernes. 23.00 horas. Djs gasteiztarras pondrán telón de fondo a una batalla en la que los bailarines estarán armados únicamente con su improvisación. El aplausómetro será el imparcial y decibélico juez de una velada -en colaboración con Gauekoak- que tendrá abierta su participación hasta media hora antes del comienzo... Para aquellos de paso más indeciso.

Oreka también bailará en domingo, de nuevo en tono festivo. Ibaiondo retoma -cerrando el círculo, redundando en el equilibrio- con un campeonato de baile que ya ha agotado sus entradas. Quince grupos. Doce parejas. Varias categorías. Pasos y posos... Donostia, Zarautz, Irun, Barcelona, Madrid, Cádiz, Palencia y Lugo dibujan las procedencias de unos bailarines que no descansarán ni en el séptimo día.

"Queremos que el público gasteiztarra en general se adentre en la danza urbana a la vez que los que practican esta actividad puedan ampliar sus conocimientos con los coreógrafos internacionales que nos visitarán", añade Amestoy. Oreka es carne de baile. Y quienes abran surco en su nuevo territorio -neófitos o iniciados- pueden sacar desde ya carnet de baile para varias de sus manifestaciones. Y es que, ¿qué es bailar en la calle si no manifestarse? ¿Si no mostrar el brillo alegre, preciso y vaporoso de los cuerpos? El movimiento se demuestra andando. El equilibrio, bailando.