VITORIA. Antes de encerrarse en verano -aunque esta época parece más propicia- para registrar su segundo trabajo de estudio, la banda madrileña Niño Malalengua se ha embarcado en una intensa gira de cerca de una treintena de conciertos por la península. En ese diseño de paradas, Gasteiz ha sido uno de los puntos elegidos y la banda de pop hace escala hoy dentro de la programación de Kultur Campus, presentando su primer disco, Panicoticiano, a las 19.00 horas.
Entre la oscuridad y la inocencia, las melodías de Niño Malalengua trazan líneas acunadas por sus sintetizadores e insufladas de energía por la plástica de los sonidos indie más contemporáneos. Tras compartir escenarios con Bjork, Massive Attack o Editors, el grupo se encerró en 2008 a grabar su primer trabajo de larga duración con Javier Monforte (ex Radio Futura) a los mandos, cuajando un collage de pop ágil y brillante, textos con ambiciones literarias, guitarras viajeras y porosas líneas de sintes.
La historia del disco arranca en un pueblecito de la Alpujarra almeriense, donde sus integrantes se encerraron para escribir y grabar las demos del disco. "Metimos el equipo y un estudio portátil en un coche y nos plantamos allí, en medio de la nada. Fue un bucle de ensayar, grabar, dormir, comer, escuchar y vuelta a empezar, sólo que nos ocurría a nosotros en lugar de a Bill Murray y, en vez de en Punxsutawney, estábamos en una especie de monasterio del pop a lo spaguetti western".
De vuelta en Madrid, la banda se reunió con Javier Monforte, que se encargó de preproducción y grabación, desde enero de 2009 hasta junio del mismo año. Durante esos seis meses, Monforte se convierte en una pieza fundamental para la banda. "Radio Futura ha sido siempre una referencia para Niño Malalengua. Cuando surgió la posibilidad de trabajar con Javier, casi no nos los creíamos. Durante el proceso de grabación, su mano ha sido fundamental y hemos aprendido muchísimas cosas. Da mucha seguridad tener a alguien de confianza que asume la responsabilidad de tomar ciertas decisiones. Además, Javier no es el típico productor que llega y ya sabe qué disco va a hacer contigo; pasamos muchas tardes hablando y escuchando música antes de grabar el primer acorde".
Todo comenzó incluso antes, en 2003, en un colegio mayor en 2003. Continuó con una primera demo en 2004. Creció en 2006 con un primer Ep autoeditado, Canciones extraviadas. Y culminó en 2008, con su segundo Ep, La condición del salto. Este segundo Ep atrajo la atención por su aspecto kitsch y por ser la primera plasmación de su atrevimiento sonoro.
Panicotidiano capta este espíritu desde el primer acorde hasta el envoltorio, realizado con imagen 3D, al igual que el videoclip y la página web del grupo. Así que si el oyente rehúsa tener a mano la funda del disco por economía o principios, no tendrá tampoco las gafas 3D que incluye su funda, por lo que deberá hacerse con unas por su cuenta o armarse de imaginación para adentrarse en el tridimensional universo de Niño Malalengua.
Un Niño que hoy se convierte, por unas horas, en universitario. Como siempre, entrada gratis hasta completar aforo en el Pabellón.