MADRID. Firme candidato a hacerse con su segunda y preciada estatuilla dorada en un año lleno de felicidad al haber contraído matrimonio con la mujer de su vida y experimentado la paternidad recientemente, Javier Bardem se resiste rotundamente a que Penélope y él se conviertan en los nuevos Brangelina de Hollywood porque "valoramos mucho nuestra intimidad".
A pesar de que no le gusta hablar de su vida privada, cuando lo hace, se deshace en elogios hacia su mujer: "Penélope es una mujer extraordinaria y una actriz increíble. Estoy loco por ella, me siento muy orgulloso de su trabajo y absolutamente feliz de que esté en mi vida", pero también asegura que ella lleva mucho peor que él el tema de la presión mediática. Pero, finalmente, el actor dice: "Tenemos una vida que nos gusta".
Y es que no es para menos. Rodeados de éxitos profesionales, la pareja se acaba de convertir en papá y mamá, algo de lo que Bardem asegura que están "felices ante el hecho de ser padres, aunque es una experiencia que queremos compartir solo con nuestra familia y amigos".
Queda claro. Ambos se conocieron allá por el año 92 rodando Jamón, Jamón, de Bigas Luna, una película con alto contenido sexual, lo que sin duda tuvo algo que ver en la chispa que a raíz de ahí surgió entre ambos. Vivieron un breve pero intenso romance y no se volvieron a encontrar hasta 2008, cuando los dos actores participaron en Vicky Cristina Barcelona y decidieron retomar su antigua relación que, finalmente, ha desembocado en matrimonio y paternidad.