Madrid. El cineasta vasco Borja Cobeaga estrena el próximo 5 de enero su nueva (y esperada) película No controles, una comedia romántica "de acción", más clásica que la anterior Pagafantas, como él mismo la define, que mezcla las Historias de Filadelfia de George Cukor con el humor de Marianico el Corto.

"Me gusta mucho la crueldad; el equilibrio entre ser cruel y tierno me parece la combinación ganadora, es lo que más me puede gustar en el mundo", sobre todo si se adereza con el humor de la vergüenza ajena, explicó ayer Cobeaga en Madrid. No controles, de la que todo el mundo sabe que se rodó entre los calores de julio a pesar de que sucede en medio de un temporal de nieve en la Nochevieja de 2010, es una enloquecida sucesión de situaciones cómicas en torno a un triángulo amoroso en el que el tercero en discordia no es otro amante, sino un conocido del chico.

Sergio (Unax Ugalde) acaba de despedirse en el aeropuerto de su exnovia (Alexandra Jiménez), de la que sigue enamorado, porque se va a trabajar a Alemania y no la volverá a ver, pero una tremenda nevada obliga a cancelar todos los vuelos y los viajeros deben pasar la noche en un hotel de carretera. Por casualidad se encuentra con un antiguo compañero de colegio, convertido en el humorista Juan Carlitros (Julián López), que se ofrece para ayudarle, ante la incapacidad de Sergio para recuperar a su chica. Si se le pregunta a Cobeaga por qué les cuesta tanto a sus protagonistas masculinos expresar sus verdaderos sentimientos contesta de inmediato: "son vascos -dice-, básicamente, es una cuestión de cobardía". "Casi prefiero a la gente que se comunica mal -dice el director-, o que es prudente -le apunta Ugalde-, a la que va con la verdad por delante, porque con esos te puedes echar a temblar. Es verdad -reconoce Cobeaga- que la gente que conozco es cariñosa, pero les cuesta arrancarse". El realizador vasco sitúa el origen de esta película en distintos puntos: en varias camisetas con mensajes "cachondos" que vio en El Rastro; al revisar Historias de Filadelfia (1940), de George Cukor, y ver vídeos en YouTube (como el del gato ninja, explica), pero también del humor más hispano de Marianico el Corto o Jordi LP. "Y de Blake Edwards, por supuesto", remata. En cuanto al papel de Juan Carlitros, se diseñó especialmente para Julián López, inspirado en un scketch de Muchachada Nui en la que López era un conejo transmutado en el Javier Bardem de Los lunes al sol.