Es extraño ver en lunes las puertas de Artium abiertas. Pero ayer fue un día especial. Es puente festivo y hay que recibir a muchos visitantes. El descanso semanal ya llegará este jueves de forma excepcional. Eso sí, como suele suceder siempre en estos casos en lo que respecta al centro de arte contemporáneo, el museo no sólo invita a perderse entre sus salas. También aprovecha para lanzar retos a los que cruzan sus puertas. Y esta vez tiene mucho que ver con algo que es común a todos, aunque en ocasiones no se quiera admitir, el miedo.
Como excusa, una pequeña exposición de cámara que se encuentra nada más entrar al edificio. Obras de la colección permanente se acercan a distintos temores. Y eso, aquello que produce inquietud, espera un poco más adelante a todos los que quieran mirarse dentro y dejar constancia de qué les produce escalofríos. Da igual la edad. Todo está pensando para que ese factor no importe. Se trata de querer decir.
En el primer piso del segundo edificio de Artium se abre una gran sala. A la izquierda, nada más entrar, un gran mural se va llenando a base de post-it donde la gente está expresando a qué tiene miedo.
"A no valerme por mí mismo". "Al dolor". "Al vacío". "A no dar la talla". "A las personas malvadas". "A las cosas que hacemos los humanos"... Son ya decenas y decenas los mensajes que se han puesto, aunque queda sitio para más. Entre los mensajes, hay ideas que se repiten. Pero también algunas, por así decirlo, curiosas. "A los payasos grotescos". "A la clase políticas en Gasteiz". "A Google y el futuro". "A la TV basura"...
El mural sirve también de escenografía para otras tres iniciativas de relacionadas. Y es que lo que provoca pavor también se puede contar a través de una cámara para colgarlo en Youtube. O se puede convertir en figura artesanal partiendo de la creación artística con botones de todo tipo y condición. Incluso, traducido en el rostro, puede ser retratado para formar parte del calendario que el museo está haciendo para 2011.
Sin salir del mismo lugar existe también la posibilidad de participar en un pequeño estudio que está realizando el área educativa del museo, un simple test sobre los miedos de cada uno, cinco preguntas a responder de forma anónima. En lo que sí son los más pequeños protagonistas es en los talleres que se producen en un espacio anexo, un universo en el que junto a los progenitores se asoman también a aquellas cosas o situaciones que generan recelo.
Pero el miedo está más extendido en Artium. También las visitas guiadas a las exposiciones abiertas están contagiadas estos días por los temores. Las obras se ven de otra forma. Sirven para hablar de aquello que, la mayoría de las veces, se prefiere dejar oculto.