PAMPLONA. Desde su inauguración en 2000, tras 17 años de realización, 810.000 personas han visitado elmuseo, lo que hace de Chillida?Leku el primer museo de arte de Guipúzcoa en número devisitantes y lo sitúa, a este respecto así como por el alto grado de valoración reflejado en lasencuestas periódicas realizadas, entre los cuatro principales del País Vasco. Por todo ello, laorganización quiere expresar su profundo agradecimiento a todas las personas que hanvisitado Chillida?Leku durante estos años.

Se seguirán llevando a cabo todas aquellas actividades paralelas que se desempeñan conindependencia del cierre al público, como son la conservación del patrimonio artístico o larealización de exposiciones nacionales o internacionales entre otras.

El Museo sigue abierto a un acuerdo que respete las condiciones que consideraimprescindibles para asegurar la continuidad del mismo tal y como las definieron EduardoChillida y Pilar Belzunce, sus creadores.

LOS PROBLEMAS PARA SALIR A FLOTE En septiembre Chillida Leku cumplió diez años, pero no se escucharon, como suele ser habitual, discursos entusiastas de aniversario, sino comentarios prudentes que buscaban fórmulas para seguir adelante.

El director de Comunicación de Chillida Leku, Luis Chillida, en declaraciones a este periódico, aseguró que la dotación atraviesa "momentos complicados". "Muchas cosas aquí se han hecho más con el corazón que con una idea práctica porque mi padre lo quiso así y todos le apoyamos", explicó. Chillida Leku es un proyecto familiar que se nutre de financiación privada. En sus primeros tiempos, recibía unos 90.000 visitantes anuales, pero en los últimos años, especialmente desde el inicio de la crisis económica, la cifra se ha reducido a 60.000, con una particular asignatura pendiente con los habitantes de Gipuzkoa y los territorios limítrofes: solo un 11% de los visitas procede de la comunidad autónoma vasca.

Conscientes de las limitaciones del museo, un recinto monográfico de obra del escultor guipuzcoano al aire libre, los responsables de Chillida Leku han dedicado los últimos meses a idear fórmulas de supervivencia. El año pasado impulsaron un plan de promoción, apoyado por la Diputación de Gipuzkoa, para darse a conocer en el resto de Euskal Herria. También crearon en marzo el Día del Visitante, fijado en los lunes, que reducía la entrada de los ocho euros y medio habituales a cuatro euros y medio.

El museo hernaniarra posee una de las entradas más caras pero, advierte Luis Chillida, "para que un museo fuera rentable la entrada tendría que costar cien euros".

También han barajado ideas que no han superado la barrera de la imaginación, como la celebración de exposiciones con piezas de otros artistas (y no exclusivamente del autor del Peine del viento). La apuesta más clara para la subsistencia del museo ha sido el contacto con las instituciones. "Llevamos tiempo hablando con ellas, porque nuestro futuro tiene que venir de su mano. Si no tenemos una colaboración conjunta, no podemos seguir", indicaron.

Luis Chillida se resiste a darse por vencido.