MADRID. Acaba de cumplir 20 años, fue la actriz mejor pagada en Hollywood el año pasado y siempre ha permanecido con los pies bien puestos en la tierra. A pesar del abrumante éxito cinematográfico que ha supuesto la saga que la catapultó a la fama, Harry Potter, Emma Watson es consciente de que su época como Hermione ha llegado a su fin.

Ella ha querido marcarlo con un corte de pelo a lo Mia Farrow que representa una nueva -y seguro que igual de exitosa- fase en su vida. Diez años han dado para mucho en la vida de unas de las actrices mejor pagadas y más perseguidas del momento. Con nueve años le ofrecieron el papel de su vida -interpretar a Hermione en la saga de J.K. Rowling Harry Potter- y ahora, recién cumplidos los 20 años, saborea con mucho aplomo y mucha cautela la fama fruto de unos exitosos años en la gran pantalla.

Sin embargo, teniendo en cuenta el brillante futuro que espera a Emma Watson como actriz, su decisión de centrarse en sus estudios y sacarse una carrera como cualquier hijo de vecino sorprendió a propios y extraños.

Ella es consciente de que precisamente estas decisiones son las que le han ayudado a seguir una vida más o menos normal pese a su gran fama internacional. La actriz británica recuerda cómo en sus primeros días de universitaria, sus compañeros y demás alumnos se acercaron a ella para pedirle autógrafos, pero ella nunca estuvo dispuesta a cruzar la línea y siempre dejó bien claro que estaba en la universidad "para estudiar y para ser una estudiante" más.

Y es que, a pesar de la tristeza de terminar el rodaje de la última película de Harry Potter -que no veremos en la gran pantalla hasta el próximo año- Emma disfruta mucho de su 'otra vida', lejos de los sets de rodaje o de su 'familia Harry Potter', tal y como ha apodado a sus compañeros de rodaje, entre los que, por supuesto, se encuentran Daniel Radcliffe y Rupert Grint. No sólo ha dado un gran estirón en los 10 años que lleva dando vida a Hermione, sino que también físicamente tiene poco que ver con esa niña pequeña de pelo alocado y aspecto un tanto desaliñado que dio a conocer hace ya diez años y de mano de su primera película, Harry Potter y la piedra filosofal.

De hecho, ha sido precisamente con su cambio de imagen radical con el que Emma ha querido marcar el fin de la época Harry Potter, y no ha encontrado mejor manera de hacerlo que desprendiéndose de ese pelo con el que se dio a conocer y buscando una imagen más refinada, como la Mia Farrow en su juventud. Ahora pasea con orgullo un corte de pelo 'pixie', con el que su padre al principio no se mostró muy satisfecho. "Sin embargo, ahora le encanta", declara la actriz. "Ahora tiene que tragarse sus palabras".

De hecho, es precisamente a la educación recibida por sus padres de la que Emma se siente más orgullosa. Mientras que ella ganaba millones de euros con las películas de Harry Potter, sus padres le pasaban una paga semanal de apenas 58 euros y la obligaban a ir al colegio, siempre que sus compromisos profesionales no se lo impidieran. "Creo que el hecho de que seguí yendo al colegio me ayudó mucho, porque ahora tengo una vida y amigos fuera de la industria cinematográfica", explica la actriz.

Aunque de momento quiere centrarse en terminar sus estudios, Emma no quiere decir adiós al mundo de la interpretación. "Creo que quiero seguir haciendo películas que estén al mismo nivel y sean de la misma calidad que las de Harry Potter, aunque no necesariamente con el mismo presupuestos o dirigidas al mismo público". Parece que tenemos Emma Watson para rato.