Donostia. En septiembre Chillida-Leku cumplió diez años, pero no se escucharon, como suele ser habitual, discursos entusiastas de aniversario, sino comentarios prudentes que buscaban fórmulas para seguir adelante. Por eso, solo sorprendió a medias que la Cadena Ser informara ayer de la posibilidad de cierre del museo hernaniarra. El director de Comunicación del espacio, Luis Chillida, en declaraciones a este periódico, aseguró que la decisión de clausurar el museo "no es firme" y que están "pensando varias opciones". Pero no lo descartó en absoluto. "Atravesamos momentos complicados", admitió el hijo del escultor, que ya se había sincerado en ocasiones anteriores sobre la viabilidad del proyecto. "Muchas cosas aquí se han hecho más con el corazón que con una idea práctica porque mi padre lo quiso así y todos le apoyamos", explicó.
Chillida-Leku es un proyecto familiar que se nutre de financiación privada. En sus primeros tiempos, recibía unos 90.000 visitantes anuales, pero en los últimos años, especialmente desde el inicio de la crisis económica, la cifra se ha reducido a 60.000, con una asignatura pendiente particular con los habitantes de Gipuzkoa y los territorios limítrofes: solo un 11% de los visitas procede de la comunidad autónoma vasca.
Conscientes de las limitaciones del museo, un recinto monográfico de obra del escultor guipuzcoano al aire libre, los responsables de Chillida-Leku han dedicado los últimos meses a idear fórmulas de supervivencia. El año pasado impulsaron un plan de promoción, apoyado por la Diputación de Gipuzkoa, para darse a conocer en el resto de Euskal Herria. También crearon en marzo el Día del Visitante, fijado en los lunes, que reducía el pase de los ocho euros y medio habituales a cuatro euros y medio. La apuesta más clara para la subsistencia del museo ha sido el contacto con las instituciones. "Si no tenemos una colaboración conjunta, igual no podemos seguir", indicó.
Pero parece que, hasta el momento, ninguno de los caminos tanteados ha resultado el correcto, aunque Chillida se resiste a darse por vencido. "Cuando decidamos algo, lo comunicaremos", prometió.