De entre la multitud de establecimientos que pueblan el casco antiguo de Vitoria-Gasteiz, puede que sea éste el único que no desea que sus clientes repitan. "Me pasó hace poco. Les dije a una pareja que esperaba que se hubieran quedado contentos y que repitieran en caso de... ¡Bueno, mejor que no!", comenta entre risas Miguel Ángel Escarda. La justificación reside en que el profesional que otorga la denominación al negocio que reside en el epílogo de la calle Correría está dedicado, casi de manera total, a los trabajos de boda.

Con diez años de trayectoria profesional, este madrileño afincado en Vitoria-Gasteiz ha tocado varios de los campos de los que se compone la fotografía. Un bagaje plausible en sus trabajos para nupcias, muestrario que excede el planteamiento clásico de este tipo de encargos. No obstante, el fotógrafo se amolda "a lo que me pidan", tal y como recalca. En un mercado en el que la demanda está concebida a medida del demandante ésta es una máxima. Sin embargo las propuestas de carácter vanguardista componen un valor añadido en este ámbito.

En resumen, Escarda trabaja ofreciendo un paquete básico al que sumar o restar elementos, y que está compuesto por un álbum digital (de tamaño 40x30 cm o similar) con las fotos de la ceremonia; otro álbum (éste de unos 20x30 cm) con las fotos de grupo; un Dvd con las fotos de la boda en alta calidad; y, por último, un segundo Dvd con un montaje musical del álbum de unos cuatro o cinco minutos. Además, Escarda incide en que los desplazamientos fuera de la ciudad no se reflejan en el presupuesto final. "Al final uno quiere quedarse contento con su trabajo" explica. Para ello el madrileño se afana en buscar nuevas localizaciones que aporten un valor final añadido. "Es una de las ventajas de vivir en Gasteiz, a menos de diez minutos hay unos parajes tremendos", explica. Para hacerse una idea lo mejor es echar un vistazo a su web www.foto-escarda.es.

De esta manera, Miguel Ángel Escarda pretende ofrecer un legado en imágenes de ese inolvidable día, que se amolde a los tiempos modernos sin perder el trazo clásico inherente a estos pedidos. Así, se ofrece un acompañamiento completo durante la jornada en cuestión (desde casa hasta el baile), un álbum personalizado (todo este trabajo es artesanal, sin plantillas) y unas localizaciones diferentes para adaptarse a los preceptos vanguardistas sin obviar la esencia tradicional propia del sector. Como la propia almendra.