bilbao. Kepa Junkera puede presumir de ser uno de los músicos vascos más reconocidos a nivel internacional. Su trabajo siempre ha estado ligado a la cultura vasca y al euskera en particular.
Y aunque cuenta con un Grammy Latino al Mejor Álbum Folk en 2004 por su disco K, Kepa Junkera reconoce que todavía hay mucha gente que no le conoce. "Viajo mucho y siempre hay alguien que te descubre por primera vez. O alguien que te conoce de nombre pero no sabe muy bien lo que haces. A mí en Bilbao, me dicen que soy cantante, músico. Saben algo, les suena, me pueden ubicar. Pero como yo tampoco conozco a toda la gente, no puedo pretender que me conozcan a mí".
Sabe que la piratería musical es algo que está ahí pero, en cierta manera, le molesta que le cuestionen sobre este tema. "Es como si le dices a un panadero que por qué no regala el pan a los que entran en su tienda. Nosotros tenemos que oír unas preguntas que no son muy lógicas", cuenta Junkera que, "ni por curiosidad" ha tecleado su nombre en alguno de los programas desde los que se puede descargar música sin abonar derechos de autor.
Pero la nostalgia y los recuerdos se apoderan de él y rememora aquellos años en los que el vinilo era el medio transmisor de la música. "Lo que ganaba tocando la trikitixa me lo gastaba yendo a la tienda. El hecho de comprar el vinilo, el buscarlo, era tan especial...".
salud musical vasca La coyuntura económica no parece la ideal para publicar un nuevo disco pero ante esta situación, Kepa Junkera no se amilana. "Creo que es lo que nos toca vivir y no hay más remedio que aceptarlo. Además, la cultura siempre tiene que estar ahí intentando demostrar, más que en otros sectores".
No se considera un "analista" pero para valorar la salud de la música vasca lo traslada al ámbito hospitalario. "Puede haber médicos y pacientes pero no me considero ninguno de los dos. Soy una persona que con los medios que tiene, ha tenido o tendrá, intenta hacer proyectos", comenta Junkera, que aspira a disfrutar con su trabajo y entretener al público. "Intento tocar, conectar con la gente, con la música, con los directos, con una foto".
"Yo vivo de la música vasca y generalizar es muy complicado", explica el músico. Define a todas las personas que trabajan en la producción de un disco como un "cuerpo humano" en el que el engranaje tiene que ser tan perfecto aunque no siempre es así. "A lo mejor te funciona bien un dedo pero te duele la rodilla", resume.
Junkera es uno de los máximos exportadores de la cultura vasca aunque es consciente de que tiene que luchar contra otros elementos que en otras culturas no se dan. "Es un handicap pero creo que hay que luchar, pelear, abrirse. Es una labor de muchos años. A lo mejor, en un momento tienes la suerte de realizar un proyecto o tienes el apoyo del público. Y otras veces, no. No puedes llevar adelante lo que te has propuesto", concluye.