Tras algo más de dos años desde la aparición de su último disco, Sioux ha vuelto a entrar en el estudio con las mismas armas de siempre pero con nuevos temas y energías bajo el brazo. El resultado es ya una realidad y se llama La clave (Babel Musik). Once temas dan forma y vida a este tercer disco de la banda gasteiztarra, que por el camino ha dejado de ser cuarteto para incluir una nueva pieza guitarrera en el puzzle sonoro que se esconde tras la formación. Así, a Zigor, Kepa, Iñaki e Iban se les ha unido hace bien poco Igor, que además de sumar su música y trayectoria añade al combo cierto aire guipuzcoano.
Este CD es un nuevo paso dentro de una trayectoria que arrancó en 2003, aunque los que conocen bien al grupo saben que cada uno de sus componentes viene ya de lejos. Son viejos conocidos de la escena alavesa y vasca, músicos que dentro de Sioux han ido caminando por la senda del punk rock melódico hasta llegar a un tercer trabajo que "nos gustaría que fuese el empujón definitivo para que nos consolidemos ya", explica Kepa, al tiempo que añade que "queremos que este álbum sea la clave para que todo nos vaya bien".
Historias del rock and roll, Nunca es tarde o Ella son algunos de los títulos que componen un trabajo en el que conviven once canciones, una de ellas en euskera (Amets, toda una crítica a las radio-fórmulas comerciales de Euskal Herria). Como en discos anteriores, la formación ha contado con la participación de diferentes compañeros de viaje. Es el caso de Nando (Método Vasili), David (Mala Reputación), e Israel Cid y Txiki Tostado. Estos dos últimos nombres participan en el último corte, Outro, un singular tema que a buen seguro sorprenderá a más de uno ya que se escapa al tono general del CD. Y como siempre, no podía faltar una colaboración muy especial, la de Julen, hijo de Zigor, que aunque todavía no ha cumplido diez años ya ha participado en toda la trayectoria discográfica del combo. "Es marca de la casa", ríe Kepa.
Con todos esos ingredientes se compone una propuesta diferente a las anteriores, que mantiene las características de lo andado ya pero que aporta novedades, aunque, en esto como en todo, ahora es el turno del público, cada uno decidirá. "Igual nos ha costado un poco sacarlo, pero es un trabajo muy digno, donde hay canciones de todo tipo, unas más aceleradas que otras, con letras hechas por Zigor con las que cualquiera se puede sentir identificado... ¿Si hemos alcanzado la madurez musical? No lo sé, lo que sí tenemos detrás es una historia de siete años con tres discos y muchos conciertos", describe el batería del grupo a este periódico.
Grabado en los estudios 008 de Mekoleta (Bizkaia), el disco ha sido autoproducido por la banda, aunque con los deberes ya terminados en el camino de la formación se cruzó la discográfica vasca Babel Musik, que se ha encargado al final del lanzamiento. "Después de siete años ya tenemos las claves internas del grupo y desde un principio sabíamos qué era lo que queríamos plasmar", apunta Kepa. Una idea que, tras la grabación, se ha completado con la incorporación de Igor a la guitarra "porque nos llena mucho y nos da más consistencia. Se está acoplando muy bien a todo, la verdad".
Así que nuevo miembro y nuevo disco. Muchas novedades para un grupo que ya tiene la mente puesta en el directo. En verano caerán unos cuantos conciertos, aunque todavía se están cerrando fechas (el primero, el día 25 en Haro). Ya en otoño e invierno llegará el momento de las salas. Gasteiz incluida.
De momento, el público (los que vienen siguiendo al grupo desde antes y los nuevos) ya puede tener La clave entre las manos. "Sólo esperamos que cada uno se lo ponga en casa, que lo escuche por primera vez, que luego repita y que se sienta identificado con las letras y la música y piense que aquí tiene un grupo que merece la pena", dice Kepa. A alguien le puede parecer un objetivo modesto en principio. Pero es el suyo. Y argumentos tienen para alcanzarlo.