Vitoria. Carmen Rodríguez Suso se incorporó a la coordinación general de Musikene a finales de octubre y desde entonces el Centro Superior de Música del País Vasco vive tiempos convulsos. El cese del director-gerente (Juan José Pujana) y del director artístico (José Luis Estellés) fue una de las primeras medidas de la nueva dirección. Estas y otras decisiones provocaron un efecto dominó - dimisión de varios profesores, manifestaciones de alumnos y profesores...- que ha hecho que la situación del centro se discutiera ayer en una comisión del Parlamento Vasco. Por primera vez, Rodríguez Suso expuso en público su opinión al respecto y se mostró agradecida porque hasta el día de ayer no tuvo la "oportunidad de explicarse".
La coordinadora general insistió en los "gastos desorbitados" y en las "anomalías" que se han producido en Musikene para justificar las decisiones que ha tomado. Según el análisis que realizó "el centro no reconocía las funciones docentes y se había convertido en un lugar de producción, como un teatro o un festival donde es normal que se fomente el lado artístico, lo que explica los gastos exorbitados".
En ese sentido, la responsable aseguró que "muchos aspectos del equipo anterior no llegan al corazón de la gestión y se dedicaban a la producción o las relaciones exteriores... Y para ser un centro de referencia no basta con serlo dentro del aula ni por el talonario que se pone en la mesa".
La coordinadora que propuso un nuevo modelo de gestión -en el que habrá cabida para 326 alumnos y se contará con un presupuesto de alrededor de ocho millones de euros- dijo que si se quiere ser "algo más que un conservatorio decimonónico debemos abrirnos a las nuevas profesiones; no sólo necesitamos intérpretes también necesitamos musicólogos".
Por ello, propuso "trabajar sobre la base de presupuestos previos" y acabar con los "privilegios del algunos". "Habitualmente se justificaban gastos sin presupuestar", agregó. Preguntada por la queja "constante" de alumnos y profesores (que también estuvieron ayer presentes en el Parlamento) sobre la falta de comunicación, la coordinadora se definió como "dialogante" y aseguró que los intentos de conversación han sido diversos pero fallidos. "La cuestión de la comunicación se tiene que revisar. Olvidar la suciedad, el lenguaje barriobajero y este sistema de comunicación inútil". "El reto que hay delante es muy fuerte. Sería de rigor que nos dejaran trabajar para esta tarea tan delicada para que Musikene alcance la excelencia", finalizó Rodríguez Suso.
Por su parte, la consejera de Educación, Isabel Celaá, insistió en las ideas que ya expuso el pasado viernes en la sesión de control al Gobierno. La responsable del departamento del que depende el Centro Superior de Música del País Vasco, subrayó que su principal objetivo es convertir el conservatorio en un lugar de "excelencia, con un proyecto de altísima calidad".
"No hemos querido ni sobresaltar ni sortear el futuro", dijo. Sin embargo, subrayó que la gestión llevada hasta el momento en Musikene era "insostenible". "Y si no es sostenible no habrá Musikene porque no podrá resistir en el tiempo. Por ello hay que aportar valores como el control riguroso del gasto, eficiencia y eficacia en la gestión, seriedad y austeridad en el uso de recursos públicos, un proyecto académico solvente, un nuevo plan de estudios y un nuevo edificio que lo ancle al país". En ese sentido, señaló que quiere "salvar Musikene". "Pero el arte no puede ser excusa de dispendios arbitrarios, ni puede servir para enmascarar ambiciones dinerarias", añadió.