LOS ÁNGELES. Una tercera parte de los adolescentes estadounidenses con teléfono móvil envían más de 100 mensajes de texto al día, lo que convierte a esta vía de comunicación en la más popular entre la gente joven, según una nueva investigación.
El estudio del Pew Internet and American Life Project, que ofrece una mirada a la cultura y comunicación de los adolescentes, descubrió que el envío de SMS ha crecido "drásticamente" desde el 2008, eclipsando las llamadas de móviles, la mensajería instantánea, las redes sociales y los encuentros cara a cara.
El Pew Research Center dijo que tres cuartas partes de los jóvenes entre 12 y 17 años tiene su propio móvil y de ese porcentaje, las chicas envían o reciben normalmente 80 mensajes de texto al día, mientras que la cifra de los chicos cae a 30 diarios.
"Los mensajes de texto son ahora el núcleo central de comunicación en la vida de los adolescentes hoy en día, y esto se ha disparado por las nubes realmente en los últimos 18 meses", dijo la investigadora de Pew Amanda Lenhart, atribuyendo el aumento en parte a los planes de pago que permiten enviar mensajes de forma ilimitada.
Los autores del estudio también dicen que, a diferencia de las llamadas, los mensajes pueden enviarse forma discreta ante las narices de padres, profesores u otras figuras de autoridad y que, a diferencia de los computadores, puede hacerse desde casi cualquier sitio.
"Hemos alcanzado un punto de inflexión en el que ahora los adolescentes esperan que otros adolescentes les respondan a los mensajes de texto y estén disponibles", dijo Lenhart. "Definitivamente hay un elemento de mensajes de texto que encaja a la perfección en sus vidas", añadió.
El envío de mensajes de texto se ha convertido de tal forma en una parte de la vida de los adolescentes que el 87 por ciento de los que lo utilizan dicen que duermen con o junto a su teléfono.
El autor del estudio Scott Campbell dijo que grupos de trabajo realizados por Pew también ofrecen una mirada a las sutilezas de la comunicación y cultura adolescente, revelando por ejemplo que aunque los chicos no utilizan habitualmente signos de puntuación, para las chicas este tipo de matices son clave.