Es una pequeña ventana pero significativa. Ya hace un tiempo, el Museo de Bellas Artes de Álava generó un nuevo espacio en su interior, un lugar donde poder unir la historia del territorio y sus fondos artísticos, un punto de encuentro en el que mirar al pasado a través del retrato para rescatar nombres perdidos en la memoria colectiva, antepasados que hicieron de la provincia lo que hoy es. Ya se sabe que es bueno tener presente el ayer para saber dibujar el mañana.
Ese propósito se bautizó como Personajes de Álava, una iniciativa que ahora inaugura un nuevo reclamo de la mano de un apellido más que conocido también en Bizkaia, Urquijo. Dos son las figuras que se presentan en esta muestra, ambas (padre e hijo) captadas por el mismo autor, Antonio Carnicero, pintor de cámara de Carlos IV.
Ninguno de los tres protagonistas de la exposición deberían pasar desapercibidos. A un lado se encuentra Francisco Policarpo de Urquijo Beraza, jurista procedente de Zuaza que desempeñó varios cargos de relevancia en Madrid y que fue elegido de forma honorífica diputado general por las Juntas Generales de Álava y Bizkaia.
Al otro está su hijo, Mariano Luis Vicente de Urquijo, un ilustrado nacido en Bilbao que llegó a ser embajador y ministro de Estado de José Bonaparte, pero que también conoció los odios de la Iglesia viviendo algún que otro episodio nada agradable.
En medio, se encuentra el artista que los inmortalizó, aunque, por ejemplo, en el caso de Mariano Luis Vicente hubo otros que también captaron su figura, como fue el caso de Goya (lo que también habla de la importancia de los personajes).
Carnicero fue nombrado pintor de cámara del rey en 1796 y ostentando este cargo fue reclamado por el diputado general alavés de la época (Ortuño María Aguirre, marqués de Montehermoso) para realizar estos dos retratos con la idea de homenajear a los protagonistas y darles las gracias por los servicios prestados a la provincia. Y así procedió en 1800.
"Se trata de dos obras de interés y calidad tanto por los protagonistas de ambas como por el hecho de que detrás esté Carnicero", explicó ayer Fernando R. Bartolomé, profesor de la Universidad del País Vasco y autor del catálogo especial editado para la ocasión.
Letra y pintura que se unen en esta ocasión para desvelar ante el público a dos burócratas que si bien llegaron bien alto, también conocieron lo que es caer en desgracia, sobre todo en el caso del hijo, Mariano Luis Vicente.
La muestra de cámara se puede visitar desde ayer y hasta el próximo 27 de junio en el Bellas Artes de Álava (donde también se encuentra en estos momentos la última revisión a los fondos de Amárica). Después, a buen seguro, el ciclo tendrá su continuidad y se volverá a citar con el ayer, con el pasado de un territorio que en ocasiones pasa desapercibido. "Podemos redescubrir nuestra historia a través del arte", afirmó la diputada de Cultura, Lorena López de Lacalle.