donostia. El director de cine, cartelista y diseñador gráfico Iván Zulueta, autor de la película de culto Arrebato, murió ayer en San Sebastián a los 66 años a causa de una insuficiencia respiratoria.
Zulueta (San Sebastián, 1943), que tenía desde hace años una delicada salud, ingresó hace dos días en el Hospital Donostia de la capital guipuzcoana con una dolencia en una pierna, de la que sufría en los últimos tiempos. El realizador donostiarra falleció pasadas las 06.30 horas de ayer, y el funeral tendrá lugar el próximo 4 de enero en la iglesia de San Sebastián del barrio donostiarra de El Antiguo a las 19.00 horas. Sus restos serán incinerados y las cenizas se quedarán en la familia. Zulueta ha muerto "muy tranquilo", explicó a Efe Virginia López Montenegro, viuda del pintor Vicente Ameztoy y la mejor amiga del realizador, "cercana a él toda la vida".
López Montenegro, quien dijo del fallecido que "tenía un coco espectacular, era un cineasta fabuloso, un ser arrollador", indicó que el director donostiarra tenía programada una entrevista hace tres días para el proyecto Del Éxtasis al Arrebato, sobre el cine experimental español, pero tuvo que cancelarla porque ya no se encontraba bien. El Festival de Cine de San Sebastián destacó ayer que Iván Zulueta fue, "con sólo dos largometrajes, uno de los grandes realizadores", un director "adelantado que introdujo la modernidad en el cine español". El Zinemaldia señaló que su muerte supone "una gran pérdida", la desaparición de un hombre con "una sensibilidad artística increíble, también como fotógrafo e ilustrador", dijo a Efe un portavoz del certamen. Zulueta tuvo una especial vinculación con el Festival de San Sebastián, del que su padre, Antonio Zulueta, fue director de 1957 a 1960.
Iván Zulueta, que se reconoció abiertamente consumidor de heroína y abogó por la legalización de las drogas, llevaba más de tres lustros sin acercarse a una cámara, aunque seguía siendo un nombre de referencia para los nuevos cineastas por su rompedora Arrebato, rodada hace 29 años. En una entrevista a Efe en septiembre de 2002, aseguraba que le resultaba "raro" y "agradable" que este filme, su único largometraje junto a Un, dos, tres, al escondite inglés, se hubiese convertido en un título de culto, aunque por otro lado consideraba un peligro esa mitificación, porque esa etiqueta levantaba muchas expectativas y la película podía acabar decepcionando.
Su último trabajo con la cámara fue el rodaje en 1992 de Ritesti, un capítulo para la serie televisiva Crónicas del mal. Para televisión también filmó Párpados en 1989. Además de su faceta de cineasta, cultivó la de autor gráfico. Firmó decenas de polaroid manipuladas y diseñó carteles de películas de directores españoles, como Miguel Albadalejo, José Luis Borau, José Luis Garci, Manuel Gutiérrez Aragón y Pedro Almodóvar.