Llevaban todo el invierno jugando al despiste, pero al final los flashes les han cazado. La ‘triunfita’ con más éxito de la edición 2017 de ‘OT’ y el joven que mejor cuenta lunares del mundo ya no esconden su amor. Ni tampoco sus ‘looks’ imposibles sobre el escenario. La chispa saltó cuando grabaron juntos ‘Lola Bunny’, pero la llama se reactivó con fuerza en diciembre en Río de Janeiro.
Aviso a navegantes: para degustar el siguiente artículo uno debe sentirse actualizado. Moderno, fresco y también festivalero. Por ello, quienes piensan (como servidor hasta hace un par de meses) que Don Patricio es solo el amigo friki del señor Cangrejo y Bob Esponja se equivocan. Existe un chaval artista, chandalero, con bien de gracia y salero, que ahora lo peta sobre el escenario. También cuenta lunares, remueve masas allí donde actúa y viste, todo sea dicho, como aquellos amigos repetidores que se eternizaban en cuarto de la ESO. Pero es un artista de los pies a la cabeza. Está en el top. Y las malas lenguas dicen que vive enamorado.
Pero él, marcándose un Obregonazo, ni confirma ni desmiente. Hace un mes, el canario del momento respondía así en la alfombra roja de los terribles Premios Odeón: “Por mi chica supongo que te refieres a Mimi. Pero... ¿cómo vamos a dejar algo que ni ha empezado”. Hasta que las cámaras, eso sí, les han pillado por el centro de Madrid. Mimi Doblas, de nombre artístico Lola Índigo, y Patricio Martín, nuestro Don Patricio, ya pasean sin disimulo su amor. Sus abrazos y sus besos. ¡Y bien que hacen! Todo estalló cuando ambos grabaron juntos, y revueltos, el tema Lola Bunny con la firme intención de que se alzara como la canción del verano 2019.
No fue así. Rosalía y J Balvin ganaron gracias a Con altura (y goleada), pero ellos multiplicaron sus actuaciones estivales. El roce hizo el cariño, la simbiosis se acumuló sobre el escenario del Sonorama y del Arenal Sound, y la constante enumeración de lunares desató una química incontestable. Tanta que ambos viajaron juntos este pasado enero a Río de Janeiro como para afianzar ese incipiente amor al ritmo de samba, conga y bossa nova. “Las etiquetas son para las camisas”, señala Patricio a la revista Pronto esta semana. Siempre con esa boba intención moderna (también practicada por Amaia, Cepeda o Ana Guerra) de quitar hierro a un salseo que es más que evidente. Porque como bien entonan las madres: hechos son amores y lo demás buenas intenciones.