En el amplio salón del Centro Vasco de Caracas, el mejor edificio de los vascos en América, hay un cuadro de Simón Bolívar. Debajo una reflexión de la poetisa rumana Elena Vacarescu que dice: “Bolívar, pradera de molino en lengua vasca. Molino que supo moler trigo de gloria y dar a los pueblos pan de libertad”.

Bolívar era descendiente de vascos como Edmundo González Urrutia y María Corina Machado. ¿Qué tenemos que ver con Venezuela? Pues eso, y un millón de cosas más. Si bien la causa palestina y la ucraniana son importantes, la causa de la democracia en Venezuela, contra un terrorismo de estado, es asimismo importante acrecentado por la cercanía para los vascos, si respetamos la historia.

En la fotografía vemos un desfile de venezolanos en el Alderdi Eguna, fiesta que nació bajo la idea de hacer lo mismo que hacían los partidos políticos en Venezuela, porque además el EAJ-PNV tiene una Junta Extraterritorial en su Asamblea Nacional y, en anteriores Alderdis se podía degustar en su txosna arepas y tequeños. No creo haya ningún partido que haga lo mismo porque es que el exilio, al inicio de la segunda guerra mundial, tras negociar el entonces consejero Leizaola con el gobierno venezolano, fue a ese país que nos acogió y donde tuvimos incluso una radio Euzkadi clandestina que funcionó por espacio de trece años. La semana pasada se cumplieron 85 años de la llegada a las costas del estado Sucre de dos lanchones, la Donibane y la Bigarrena, que saliendo de Bayona, milagrosamente cruzaron el Atlántico y allí rehicieron sus vidas aquellos gudaris. Varios de aquellos marinos incluso fundaron el Colegio Oficial de la Marina Mercante de aquel país. Sin hablar de los sacerdotes, misioneros y jesuitas como el P. Ugalde, premiado por la Fundación Sabino Arana, que me acaba de enviar estas letras: “¡Eskerrik asko. Qué buena ha sido la posición y votación del PNV sobre Edmundo González Urrutia!”. Ugalde es una referencia moral en Venezuela y está en el comando de reflexión de una mujer bandera como María Corina Machado, actualmente en clandestinidad en su país, ante el gorilato madurista y tras ganar unas elecciones. También el secretario general de la Conferencia episcopal Venezolana, el arzobispo Jesús González de Zarate, Conferencia Episcopal directamente enfrentada con una dictadura feroz. Sin olvidarnos que en el Centro Vasco de Caracas hubo una ikastola por donde pasaron más de trescientos niños. Es normal, pues, que el PNV escuche a su gente que angustiosamente clama por lo que hizo el Grupo Vasco en el Congreso el miércoles. Un partido que no lo hace se queda sin raíces.

Le escuchaba a Patxi López decir dos impertinencias para explicar la indigna postura socialista ante una elección no ideológica sino de democracia o dictadura, como siempre la había tenido en el pasado el PSOE. Y lo sé muy bien, sobre una solidaridad que tenían hasta la llegada del nefasto Rodríguez Zapatero con la designación que hizo de Raúl Morodo como su embajador en Caracas y ahora condenado por un delito de corrupción en la Audiencia y no solo él, sino su hijo y nuera. Y es que decía López que ningún estado de la UE había reconocido a González Urrutia. Omitía que el ministro Albares les había pedido a todos los ministros de Exteriores no lo hicieran, pero verán ustedes que ante la meritoria iniciativa de Oihane Agirregoitia, quien a través del Grupo Renew Europe en el Parlamento Europeo, trasladando lo aprobado en el Congreso, incluso endureciéndolo, se aprobará una resolución categórica que pone pie en pared ante una dictadura oprobiosa y con Maduro en el Tribunal de La Haya. Con un dictador, como con un chacal, no se puede negociar nada salvo su salida. Se mofaba además Patxi López de Juan Guaidó comparando ambas situaciones cuando no tienen nada que ver. Guaidó era el presidente de la Asamblea, reconocido por 50 países, que por problemas de los partidos que le apoyaban y la represión a la que fue sometido, tuvo que abandonar la cancha para apoyar irrestrictamente a una María Corina que ha logrado nuclear en su alrededor el 93% de la oposición, desde el Partido Comunista a los liberales, para disgusto de un impresentable Gabriel Rufián que, ignorante y repetidor de tópicos, le acusaba de ultra a una mujer perseguida y que ha galvanizado a un país, una mujer con guáramos a la que, por cierto, ninguna de nuestras feministas domésticas defiende.

Rojo y Bildu

Y añado el testimonio de Javier Rojo, expresidente del Senado y presidente del Grupo de Amistad con Venezuela y quien recibió a Chávez en el Senado en su histriónica visita oficial, quien me llamó el miércoles y me dijo: “De haber estado en el Congreso, hubiera votado la iniciativa del PP. Y te pido lo digas”. No creo sea Rojo sospechoso de no ser socialista. Analiza con madurez que ésta es una cuestión de principios y no de blanquear a un Zapatero que ha enfeudado a Sánchez en una blandengue posición que no es ni chicha ni limoná. Cuando se aclaren los hechos del aeropuerto de Barajas con Delcy Rodríguez y Ábalos así como los negocios de Zapatero, comprado por la dictadura, igual a Patxi López se le congela la sonrisa. Y es que hay posturas extraordinariamente indignantes, y la de López lo es.

La postura de Bildu es, una vez más, decepcionante y muy de tener en cuenta por virulenta hostilidad sin matices hacia González Urrutia en una organización que lo reclama todo en Euzkadi y sin embargo avala y felicita a una dictadura feroz, cruel y desalmada presidida por un gángster, un asesino y un ladrón como Maduro como lo hicieron sus parlamentarias Marije Fullaondo y Diana Urrea entusiásticamente en Caracas el 28 de julio, en viaje de falsa Observación, negada a los demás. Para ellas, Cuba, Nicaragua, Bolivia y Venezuela al parecer son paradigmas de lo que habría que hacer en Euzkadi sin elecciones libres, sin libertad de expresión, persiguiendo al disidente, con 8 millones de emigrantes, a los que solo se les permite votar a 68.500 en sucia eliminación de votantes al saber cómo ese voto exterior y computable es democrático y antichavista. En el Consulado de Bilbao, donde fui testigo principal en una de sus mesas, solo el 3% votó por Maduro, siendo el 96% restante en favor de González Urrutia. Ese contundente dato, ¿no les dice nada? A mí nadie de Sortu más que Bildu me va a engañar con ese discurso anacrónico y falto de principios sobre el imperialismo yanki que esgrimen para justificar un robo a mano armada, con un ejército represor a su servicio, y escondiendo su ideología que aquí no nos la cuentan.

No entiendo cómo esta Izquierda no es democrática ni solidaria y apoya no solo una acción totalitaria sino un régimen cutre y represor, y en el colmo de la cobardía, ni intervinieron en la proposición no de ley discutida el martes en el Congreso. ¿Cómo se puede acordar nada con un partido que apoya una dictadura?

Y recordar que en 1992, el coronel Hugo Chávez protagonizó un golpe de estado contra un gobierno legítimo, el de Carlos Andrés Pérez de la Internacional Socialista, como hizo Franco contra la República y en él, mataron al hijo del Delegado del Gobierno Vasco en Caracas, Gaizka Etxearte que iba ese día al colegio, algo que convulsionó a la colectividad vasca y la marcó con fuego. ¿Tiene este dato para Bildu algún valor? Parece que no.

Otro más. Los vascovenezolanos, tras una vida de trabajo en Venezuela, ante el caos económico de aquel país, retornaron a su país de origen. ¿Saben los de Bildu que desde hace nueve años no cobran pensión alguna y Maduro se queda con lo que legítimamente les corresponde? ¿Tiene este dato alguna repercusión en ellos o estos vascovenezolanos son ciudadanos de segunda o tercera? ¿Se conmueven ante el drama que esto supone para una familia? Y lo digo con amplio conocimiento de causa.

Los lehendakaris

Sin mencionar la presencia vasca en América desde la conquista, la colonia, la instalación de la Compañía Guipuzcoana de Caracas sin que se entienda el chocolate de Tolosa y la Iglesia de Santa María de Donostia con su Virgen del Coro, la presencia de los lehendakaris ha sido continua.

El Lehendakari Agirre, tras su fuga vía Berlín, y asentado en Nueva York, visitó Caracas en 1942 e hizo en su vida siete viajes más donde mantenía la llama del exilio, recababa fondos y establecía contactos con las autoridades. En 1951, ante el robo del gobierno francés y español de la Delegación de la Av. Marceau, donde le despojaron de su despacho de trabajo y tras negarse a negociar una permuta, hizo un llamamiento a los vascos del mundo y fueron los vascos de Venezuela quienes le permitieron la adquisición del hotel de la Av. Singer, sin olvidarnos que en 1959, en su último viaje, poco antes de morir, fue designado por el Cabildo de Caracas, Huésped Ilustre de la capital de Venezuela. Lo mismo Leizaola, cuyo hijo Koldo vivió allí, así como su hermano Ricardo, uno de cuyos hijos fue presidente del Consejo de Deia y otro sobrino, Joseba, Presidente del Parlamento Vasco.

En diciembre de 1977, Juan Ajuriaguerra y Carlos Garaikoetxea visitaron Venezuela. La foto de Ajuriaguerra que orna la mayoría de batzokis se sacó en ese viaje. Ese año había visitado Euzkadi el expresidente Rafael Caldera que posteriormente fue nombrado Doctor Honoris Causa junto al filósofo Xabier Zubiri. El rector Martín Mateo, en la UPV creó la cátedra sobre Bolívar. Y Francisco Abrisketa, la Asociación Simón Bolívar. Al año siguiente, el partido Copei nos invitó a su Congreso y allí estuvimos junto a Carlos Garaikoetxea y Xabier Arzalluz. En ese viaje les llevé a las casetas que organizaban en el Parque los Caobos AD y Copei, origen del Alderdi Eguna. Y siendo presidente del Consejo General Vasco le invitaron a la toma de posesión del presidente Luis Herrera Campins, de quien por cierto utilizamos la estrategia y eslóganes de su campaña, para hacer a Jon Castañares, alcalde de Bilbao en 1979. Y hay más. Siendo Lehendakari, Garaikoetxea viajó a Caracas en 1983 y fue condecorado con la Orden Diego de Losada. Lo mismo hizo Ardanza, no pudiendo hacerlo Ibarretxe y Urkullu por la situación de hostilidad del chavismo pero manteniendo su solidaridad y lamentando tener que cerrar la Delegación existente incluso en tiempos de Franco.

Finalizo

La Plataforma de Venezolanos en Bilbao ha colgado un post que dice: “Agradecemos el respaldo constante del PNV a la causa venezolana para el rescate de la Democracia y por el reconocimiento en el Congreso de los Diputados de Edmundo González Urrutia como presidente electo de Venezuela. Eskerrik asko. Gracias al Lehendakari Urkullu, Andoni Ortuzar, Iñaki Anasagasti, Aitor Esteban, Oihane Agirregoitia, Mikel Burzako, José Mari Etxeberria, Luke Uribe, Mikel Arruabarrena, Xabier Legarreta, Amaia del Campo, Eneko Goia, Xabier Ezeizabarrena, Gotzone Sagardui, José Antonio Suso y Nerea Melgosa, por el acompañamiento y respaldo constante con Venezuela y en defensa de la Democracia y los Derechos Humanos”.

Se agradece. No dejaremos de hacerlo. El PNV siempre ha estado volcado con ellos

Seguramente les llamará la atención la no mención al Lehendakari Pradales. Normal. Desde el 28 de julio, ha estado incomprensiblemente mudo, no solo en agosto sino en el acto de la Diáspora en Oñati, el mejor día para haber mostrado su solidaridad. No lo hizo. Si contestó el miércoles a una pregunta que le hicieron en el Fórum Europa. Pero respondió con los conceptos de cualquier demócrata ante la situación de Venezuela obviando todas estas raíces que he enumerado. ¿Le falta información o carece de sensibilidad? Me cuesta creerlo, pero su silencio ha sido clamoroso y doloroso y así como Pedro Sánchez le ha recibido a González Urrutia y a su hija Carolina en La Moncloa, haría bien el Lehendakari, para superar esta falta de atención, invitarle al presidente electo de Venezuela y recibirlo en Ajuria Enea. Es cuestión de justicia, de sensibilidad y de conexión con una rica y humana historia de relación y cariño.

Diputado y senador de EAJ-PNV (1985-2015)