stamos en un mes crucial para las empresas y empresarios autónomos, tenemos hasta marzo para adaptarnos a una reforma laboral que no es que tenga mucho contenido pero que está generando una auténtica locura de consultas sobre las relaciones laborales. Concretamente, el nudo gordiano recae sobre la desaparición del contrato de obra.
Desde un plano absolutamente objetivo y señalando por anticipado que no tengo criterio sobre la eficacia de la reforma laboral, llama la atención que todo esto sea fruto de un error al pulsar un botón o clicar en la pantalla de un ordenador. Algo que está generando una auténtica catarsis para muchas empresas y que pasará a los anales de la historia por el error del señor Casero. La realidad es que en esta ocasión ese error ha sido público y publicado, pero cuando revisas los datos de los errores cometidos por Sus Señorías sorprenden más que el thriller más espectacular que hayamos visto. 1.789 errores en votaciones desde el principio de legislatura, el 90% de estos desde una votación telemática. Parece que no estar en el hemiciclo genera mas dificultad al interpretar las preguntas o quizás el no estar presente genera un aura de distracción. Señor Casero, no se preocupe, aunque dará nombre a la expresión "hacerse un Casero", dos de cada tres diputados han hecho un Casero alguna vez, no está solo.
Obviando la parte jocosa, no deben ocurrir estos dislates en algo tan importante como una votación y especialmente cuando es la votación estrella de este comienzo de año y que tiene tanta repercusión y efectos colaterales.
No entro a valorar las excusas de error informático porque son tan kafkianas como el hecho del error, pero deseemos por nuestra salud legislativa que todas las decisiones lleven un refrendo pensado y fruto de un análisis o de una disciplina de voto, pero nunca más fruto de un error.