La propuesta pretende también alentar a todos los jóvenes, especialmente a aquellos con menos oportunidades, de entornos desfavorecidos, de zonas rurales o remotas, o pertenecientes a grupos vulnerables, a convertirse en ciudadanos activos y actores del cambio positivo. Además, quiere promover las oportunidades que brindan las políticas de la UE para que los jóvenes apoyen su desarrollo personal, social y profesional. El Año Europeo de la Juventud irá de la mano de la implementación del Next Generation EU en la provisión de empleos de calidad, educación y oportunidades de formación e inspirarse en las acciones, la visión y los conocimientos de los jóvenes para seguir fortaleciendo y dinamizando el proyecto común de la UE, basándose en la Conferencia sobre el futuro de Europa. Para ello se busca un intenso proceso participativo en los Estados miembros mediante encuestas y presencia en redes sociales y medios de comunicación.
Además de Erasmus+ y el Cuerpo Europeo de Solidaridad, con presupuestos de 28 000 millones EUR y 1 000 millones EUR, respectivamente, para el actual período financiero, la Garantía Juvenil y la Iniciativa de Empleo Juvenil de la UE están creando más oportunidades para los jóvenes. En 2022 también se pondrá en marcha un nuevo programa denominado ALMA para apoyar la movilidad profesional transfronteriza de los jóvenes desfavorecidos. La Estrategia de la UE para la Juventud 2019-2027 es el marco para la cooperación de la UE en materia de política de juventud. Apoya la participación de los jóvenes en la vida democrática y tiene por objeto garantizar que todos los jóvenes participen en la sociedad. El Diálogo de la UE con la Juventud es una herramienta fundamental en estos esfuerzos. La Conferencia sobre el Futuro de Europa, que extraerá sus conclusiones también en 2022, garantiza que se escuchen los puntos de vista y las opiniones de los jóvenes sobre el futuro de nuestra Unión. Un tercio de los participantes en los paneles de ciudadanos europeos y de los representantes de los grupos de expertos en los plenos de la Conferencia son también jóvenes, mientras que el presidente del Foro Europeo de la Juventud también participa en los plenos.
Los jóvenes europeos tienen en sus manos el futuro de la Unión. Los eurobarómetros nos indican que los jóvenes no se cuestionan su pertenencia a la UE, que lo sienten como algo propio y que no se cuestiona. Pero ese mismo hecho les convierte en personas poco activas a la hora de defender la identidad europea, salvo que tengan claro que están en juegos sus libertades. El espacio común es para ellos una expresión de derechos que no está en cuestión y, por ello, la movilización de los jóvenes en la defensa del proyecto europeísta resulta complicada. De hecho, pese a tener un alto nivel de formación e información, los jóvenes europeos no tienen un claro concepto de las instituciones europeas y de la toma de decisiones en Bruselas. Son muy conscientes de los retos y problemas comunes: lucha contra el cambio climático, digitalización, batalla hegemónica entre EE.UU. y China o la inmigración como desafío en las fronteras europeas. Pero a los jóvenes europeos ya no viven de la ilusión de una Europa que huye de las guerras mundiales, necesitan argumentos con hechos de utilidad de la Unión. Quieren tener claro para qué les sirven unas políticas comunes y saber que los beneficiarios del club no son unos pocos, sino un futuro mejor para todos.