Envejecer es algo inevitable y natural. Aunque muchas personas asocian frecuentemente este fenómeno a razones biológicas como la pérdida de facultades o movilidad, lo cierto es que es un tema más complejo de lo que imaginamos. Mientras que algunos lo relacionan a la jubilación, otros lo ligan al hecho de convertirse en abuelos.
En cualquier caso, la ciencia asegura que ninguna de las mencionadas razones es la correcta. Y es que, finalmente, tras numerosos estudios, ha determinado a qué edad deja una persona de ser joven y pasa a ser considerada mayor.
El envejecimiento
Según indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), el envejecimiento indica que biológicamente, el cuerpo ha experimentado la acumulación de diferentes achaques celulares y moleculares durante un largo periodo de tiempo.
Como consecuencia, sufrimos un deterioro progresivo de las capacidades cognitivas y físicas, así como un mayor riesgo de enfermedades y contratiempos que influyen en el envejecimiento.
Señales claras
Para saber si hemos envejecido, basta con prestar atención a las siguientes señales.
Cambios genéticos
Con el tiempo, se acumulan mutaciones en el ADN y cambios en la regulación genética (epigenética), lo que puede afectar la función celular.
Acumulación de daño celular
Las células acumulan daño en su ADN, proteínas y otros componentes debido a factores como el estrés oxidativo y la exposición a tóxicos ambientales.
Disminución de la capacidad regenerativa
Las células madre, responsables de la regeneración de tejidos, disminuyen en número y capacidad funcional con la edad.
Deterioro de la función del sistema inmunológico
El sistema inmunológico se vuelve menos eficiente, aumentando la susceptibilidad a infecciones y enfermedades.
Cambios en la comunicación intercelular
Las señales químicas y hormonales que regulan la interacción entre células y tejidos pueden volverse disfuncionales, afectando la homeostasis del organismo.
Factores ambientales y de estilo de vida
La dieta, el ejercicio, la exposición a toxinas y el estrés también influyen en el envejecimiento.
¿Cuándo envejecemos ‘oficialmente’?
Tal y como apuntan numerosos estudios e investigaciones, las proteínas en la sangre desempeñan un papel fundamental en el envejecimiento. Si nos fijamos en los niveles de proteínas, estos nos muestran el proceso de envejecimiento en tres etapas señaladas.
Edad adulta (34-60 años)
Los niveles de proteínas no presentan grandes cambios.
Madurez tardía (60-78 años)
Se aprecia una bajada en los niveles de proteínas.
Vejez (a partir de 78 años)
La producción de proteínas disminuye considerablemente.
Asimismo la OMS aclara que el envejecimiento también está relacionado con circunstancias vitales como la jubilación, el cambio de residencia y la pérdida de pareja, familiares y amigos.
¿Cómo prevenir el envejecimiento?
Prevenir el envejecimiento es un objetivo que busca mejorar la calidad de vida y extender la longevidad saludable. Aunque no se puede detener por completo, existen varias estrategias que pueden ayudar a ralentizar el proceso y reducir sus efectos negativos.
Alimentación saludable
Una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, proteínas magras, granos enteros y grasas saludables proporciona los nutrientes esenciales y antioxidantes que combaten el daño celular. Evita el exceso de azúcar, grasas y alimentos procesados.
Ejercicio regular
La actividad física regular mejora la salud cardiovascular, fortalece los músculos y huesos, y ayuda a mantener un peso saludable. Ejercicios aeróbicos, entrenamiento de fuerza y prácticas de flexibilidad y equilibrio son importantes.
Gestión del estrés
Técnicas como la meditación, el yoga y la respiración profunda ayudan a reducir el estrés, que está relacionado con el envejecimiento acelerado y enfermedades crónicas.
Sueño adecuado
Dormir lo suficiente es vital para la reparación celular, la función cognitiva y el bienestar general. Se recomienda entre 7-9 horas de sueño de calidad por noche.
Hidratación
Beber suficiente agua mantiene la piel y los órganos hidratados y funcionando correctamente.
Protección solar
Usar protector solar y ropa protectora previene el daño de los rayos UV, que contribuyen al envejecimiento prematuro de la piel y al riesgo de cáncer.
Adiós al tabaco y al alcohol
No fumar ni beber alcohol protege contra numerosos problemas de salud, incluyendo enfermedades cardíacas y cáncer.
Revisiones médicas regulares
Las visitas periódicas al médico ayudan a detectar y manejar problemas de salud tempranamente.