Los objetos más cotidianos pueden servir como metáforas de vida. La cebolla, un alimento cualquiera, denota la complejidad interna de las personas con sus capas. La externa muestra lo que exponemos al mundo, mientras que la más profunda oculta nuestras ideas más íntimas. Esto da lugar a la teoría de la cebolla, un concepto en psicología clave en las relaciones de pareja.
Este concepto ahonda en la comunicación y las relaciones interpersonales, subrayando la importancia de entender las diferentes facetas de los demás.
Tres tipos de capas
Tal y como explica la psicóloga Esther Cantos, podemos distinguir entre las siguientes capas.
Capas externas
Estas son las primeras impresiones y la información superficial que compartimos con los demás, como el nombre, apellidos, la ocupación y aficiones generales.
Capas intermedias
Esta información es más personal, como opiniones, creencias y experiencias vividas. Estas capas exigen un mayor nivel de confianza y son reveladas cuando la relación se profundiza.
Capas internas
Estas capas son más profundas, pues conforman los aspectos más privados de nuestra identidad. Es decir: miedos, inseguridades y deseos. Esto lo compartimos con personas muy cercanas en las que confiamos plenamente.
La idea de la penetración social
La teoría de la cebolla tiene sus origen en la teoría de la penetración social, desarrollada por los psicólogos Irwin Altman y Dalmas Taylor en 1973, en su libro ‘Social Penetration: The Development of Interpersonal Relationship’.
Este concepto explica cómo las relaciones interpersonales se desarrollan con el tiempo, usando la metáfora de la cebolla para ilustrar la profundidad e intimidad de las relaciones humanas.
Desarrollo de la intimidad
La teoría señala que la intimidad en las relaciones se cultiva medida que las personas ofrecen información personal y profunda sobre sí mismas, en un proceso llamado ‘penetración social’.
Autorrevelación
Según los autores, la autorrevelación gradual y recíproca es fundamental para desarrollar relaciones íntimas. Al proporcionar información personal, la otra persona tiende a hacer lo mismo, creando una relación más profunda.
Desgaste de las relaciones
También se analiza cómo las relaciones pueden deteriorarse si las capas más profundas no se mantienen o si la confianza se rompe, retrocediendo hacia las capas más superficiales de la interacción.
Las capas en la relación de pareja
De acuerdo con los expertos, nadie se muestra tal y como es, con sus vulnerabilidades, contradicciones e imperfecciones, de buenas a primeras.
Al conocer a alguien, suele atraernos la capa externa, usada como defensa y reclamo. Así, al aplicar la teoría de la cebolla a las relaciones de pareja, se produce un proceso gradual en el que descubrimos y compartimos nuestros aspectos más profundos con la otra persona.
Etapa inicial: las capas externas
Al inicio de una relación, se comparten aspectos básicos. Dicho de otro modo, capas superficiales que se revelan rápidamente, abordando temas ligeros y de interés común.
Esta etapa establece una base de confianza inicial y evalúa la compatibilidad, omitiendo aspectos controvertidos que puedan empañar la imagen presentada.
Etapa de conocimiento: las capas intermedias
A medida que la relación avanza, se comparten experiencias pasadas, tanto positivas como negativas, incluyendo relaciones anteriores, logros y fracasos. Se discuten temas profundos como política, religión y valores personales.
Esta es una etapa importante para entender las creencias y principios del otro, fortaleciendo la conexión y la intimidad.
Etapa de profundización: las capas internas
A medida que se construye la confianza, las parejas empiezan a compartir miedos, inseguridades y preocupaciones. Esta vulnerabilidad fortalece la conexión emocional. Se discuten metas a largo plazo, sueños y deseos profundos.
Compartir estas aspiraciones ayuda a alinear objetivos y expectativas en la relación, fomentando una unión más sólida.
Etapa de intimidad profunda: el corazón de la cebolla
En esta etapa, se revela la esencia más íntima de uno mismo, incluyendo las partes más ocultas y personales que rara vez se comparten con otros. En esta fase, la pareja alcanza un nivel de intimidad donde se sienten seguros y comprendidos. Es el núcleo de la relación, donde ambas personas se aceptan y apoyan incondicionalmente.