Con el paso del tiempo todo acaba por estropearse, incluso la Estación Espacial Internacional (ISS). Acercándose el final de su vida operativa, la NASA ha comenzado con los preparativos para su desmantelamiento y desaparición. Para ello, la Agencia le ha otorgado 843 millones de dólares a SpaceX, la empresa aeroespacial de Elon Musk, para que desarrolle y construya el vehículo de desorbitación que se usará para desorbitar la ISS y llevarla de forma segura a la Tierra.

“La selección de un vehículo de salida de órbita estadounidense para la Estación Espacial Internacional ayudará a la NASA y a sus socios internacionales a garantizar una transición segura y responsable a la órbita terrestre baja al final de las operaciones de la estación. Esta decisión también respalda los planes de la NASA para futuros destinos comerciales y permite el uso continuo del espacio cerca de la Tierra”, explicó Ken Bowersox, administrador asociado de la Dirección de Misiones de Operaciones Espaciales en la sede de la NASA en Washington en un comunicado de prensa.

¿Cómo se desmantelará?

La ISS pesa 430.000 kilogramos, lo que la convierte la estructura más grande jamás construida en el espacio. Tras completar más de 3.300 experimentos científicos en una órbita cercana dentro de este laboratorio y residencia durante casi 24 años, la estación ya muestra signos de su “vejez” tecnológica. Debido a la gran cantidad de fallos, fugas y basura espacial a su alrededor, se estableció que el final de la estación llegaría en 2030.

Basándose en observaciones anteriores de la desintegración de otras estaciones como Mir y Skylab en el reingreso a la atmósfera, los ingenieros de la NASA esperan que el puesto orbital se rompa en tres etapas. En la primera, se desprenderán los enormes paneles solares y radiadores; luego, los módulos individuales y, por último, la estructura principal de la estación se romperá.

"Gran parte de la estación espacial se puede reparar o reemplazar en órbita, mientras que otras partes se pueden devolver a la Tierra para su reparación y relanzamiento. Estas partes incluyen los paneles solares, el equipo de comunicaciones, el equipo de soporte vital y el hardware científico", explica la NASA. "Sin embargo, la estructura principal de la estación, como los módulos tripulados y las estructuras de celosía, no se pueden reparar ni reemplazar en la práctica". 

A una velocidad de más de 27.500 km/h, en el peor de los casos, los trozos grandes de escombros de la ISS que sobrevivan podrían caer sobre la superficie de nuestro planeta. Por ello, el objetivo de la Agencia es apuntar hacia el Punto Nemo en el océano Pacífico, una de las regiones más remotas del mundo y donde no habrá peligro de daños.

¿En qué consistirá la misión?

Si para la construcción y el mantenimiento de la estación se necesitaron cinco agencias, miles de millones de dólares y 42 lanzamientos diferentes, el reto que enfrenta la empresa de Musk es mayúsculo. Cabe destacar que la NASA será quien administre y tome posesión del vehículo y de la misión, no Space X. Aun así, no se sabe cuál será el aspecto del remolcador, pero sí que el US Deorbit Vehicle que construirá la compañía del dueño de X y Tesla no será tripulado para evitar cualquier incidencia.

Según la ISS se acerque a la Tierra y toda tripulación y material hayan salido de ella, alcanzará el punto sin retorno y entrará en acción el remolcador, que mide 109 metros y pesa más de 450 toneladas. Este se adherirá a ella y la arrastrará a la atmósfera.