El cuidado de la piel es un proceso que suele dejar algunas dudas. Hay personas que apuestan por incluir muchos productos, pensando que así será lo suficientemente efectiva: sin embargo, realmente no es así. Todo depende de la calidad y la eficiencia de cada uno para poder mantener el cutis en buenas condiciones.
La dermatóloga Ana Molina, una de las voces con más autoridad en este campo, recomienda centrarse en unos cuantos productos específicos para sacarle provecho a la rutina y exprimir todas sus propiedades.
Una rutina diaria muy eficaz
Muchos especialistas coinciden en que menos es más. En uno de sus vídeos en redes sociales, Ana Molina ahonda un poco más en una rutina facial para mantener la piel saludable, fundamentada en cuatro pasos y para cuidar la apariencia como es debido.
Por lo tanto, vamos a analizar todos los pasos con los que conseguir un cutis sano y mantenerlo joven por el máximo tiempo posible. Y sobre todo en estos días de verano, cuando más tiende a sufrir.
Limpieza
La limpieza es el pilar de toda rutina. Es un paso fundamental que conviene hacer tanto por la mañana como por la noche. Sirve para acabar con maquillaje, suciedad y piel muerta, además de preparar la cara para los tratamientos adecuados y que no envejezca prematuramente.
Hidratación
La hidratación es un aspecto que va más allá de aplicar cremas. El secreto está en elegir productos que también tengan activos antioxidantes avalados por la ciencia. Es decir, que incluyan ingredientes como la vitamina C, útiles para frenar la radiación utlravioleta y la contaminación.
Protector solar
Uno de los pasos más importantes es el uso del protector solar. Independientemente del día que haga (soleado o nublado), se recomienda aplicarlo a diario, porque el sol actúa igualmente. Sirve para detener las manchas, el cáncer de piel, arrugas y otros problemas cutáneos.
Tratamiento personalizado
El tratamiento personalizado hay que hacerlo por la noche, cuando la piel se regenera de forma activa. En estas circunstancias, lo mejor es añadir ingredientes como el retinol, ácidos exfoliantes o despigmentantes, que ayudan a mantener una piel luminosa y uniforme.
Otros factores que influyen en la salud de la piel
La alimentación es, sin duda, uno de los aspectos que más deben cuidarse para mantener la piel sana. A ser posible, hay que seguir una dieta con antioxidantes como verduras y frutas, prescindiendo de los azúcares y los alimentos ultraprocesados.
La hidratación es otro tema a tratar. El beber agua, a poder ser varios litros de agua al día, es casi tan importante como el uso de cremas y otros productos. Ayuda a complementar la rutina cosmética y a fortalecer la piel.
Asimismo, el sueño reparador es un método muy recomendado: por las noches, la piel descansa y se regenera. Por no hablar de que el sistema muscular se relaja y ayuda al cuidado del cuerpo en general.
Por último, hay un enemigo silencioso: el estrés. Esto eleva los niveles de cortisol y agrava enfermedades como la rosácea, la dermatitis o el acné. Para hacerles frente, el ejercicio regular o la meditación son de gran ayuda.