Uno de los puntos más importantes del cuidado de la piel es la limpieza facial. Gracias a este hábito, conseguimos acabar con las impurezas, maquillaje, sudor y células muertas, entre otros elementos, que se acumulan en la cara. Así, el cutis respira mucho mejor y puede retener con mayor facilidad los tratamientos cosméticos, además de porvenir enfermedades. 

Por si fuera poco, hidrata la piel del rostro y equilibra los niveles de grasa. Con estos métodos, cuidamos la higiene, la salud general y el bienestar de todo el cuerpo. 

Tres productos que no necesita tu rutina facial

Con tanto producto cosmético y de cuidado personal, es frecuente confiarse y apostar por usar muchos de ellos sin ningún fundamento. En lugar de hacer esto, tal y como afirma la dermatóloga Leire Barrutia, es mejor la calidad que la cantidad. 

De hecho, hay algunos productos que, por muy populares que puedan aparecer, son totalmente prescindibles de una rutina de limpieza facial

1. Desmaquillante de ojos

La experta señala que, si bien antaño era casi “obligatorio”, existen alternativas más seguras, como los bálsamos desmaquillantes, los aceites limpiadores y las aguas micelares. Todos ellos valen para arrastrar el maquillaje, hasta el de los ojos. 

Permiten limpiar todo el rostro sin tener que frotar ni usar algodón. Además, gracias a su textura y capacidad para disolver maquillaje resistente, es una opción mejor en comparación al desmaquillante tradicional. 

2. Dispositivos de limpieza facial

Leire Barrutia indica que los cepillos eléctricos y dispositivos parecidos no son imprescindibles en la rutina facial, pues algunos pueden llegar a ser irritantes. Basta con limpiarse con unas manos limpias para eliminar todos los restos de productos que haya en el rostro. 

Es más, en ocasiones conviene ser más práctico en determinadas rutinas de belleza, priorizando los resultados antes que la experiencia sensorial.

La limpieza facial es clave para mantener la piel en buenas condiciones Freepik

3. El tónico

Para la experta, el tónico es otro producto que, aunque ofrezca beneficios como exfoliante, calmante o hidratante, se puede prescindir de él para conseguir una piel limpia. Esto se debe a que, hace años, nivelaban la cantidad de PH alterado por limpiadores agresivos. 

Sin embargo, las fórmulas respetuosas con la piel que tenemos en la actualidad lo han desplazado por completo. Aun así, se puede incorporar, opcionalmente, si el cuerpo lo necesita, para lograr un efecto exfoliante suave. 

Una recomendación final para una limpieza eficaz

Muchas personas ignoran que la temperatura del agua juega un papel clave para limpiar el rostro. Por eso, aplicar altas temperaturas puede llegar a irritar la piel y dañar la barrera cutánea. En vez de eso, es mejor apostar por el agua fría para no dañar la piel. 

Asimismo, se aconseja secar la cara con toallas limpias, dando toques suaves y no frotando con fuerza. Con este mecanismo, evitamos irritaciones y la piel se mantiene mucho más sana. 

Por otro lado, el secreto está en la paciencia y la suavidad. Mantener un cutis saludable no requiere grandes complicaciones, sino saber adaptarse a las necesidades y al material del que disponemos.