El temporero exitoso reaparece en el Baskonia

Si ha habido un club de naturaleza inquieta a lo largo de la historia para reclutar jugadores con la temporada ya iniciada y apostar por el vulgarmente conocido como temporero, ese no ha sido otro que el Kosner Baskonia.

Durante las últimas décadas han sido incontables los jugadores que han deslizado por Vitoria durante un corto intervalo de tiempo para reforzar al equipo tras una puntual lesión o, en su defecto, con el fin de elevar el nivel del equipo en alguna demarcación concreta.

Tras varias campañas en las que desde la planta noble del Buesa Arena se han medido al máximo los movimientos y la falta de reacción ha sido en algunos casos evidente a la hora de cubrir determinadas necesidades de los técnicos ante el enojo de la afición, el Baskonia ha reaparecido esta temporada como un club con el ojo clínico para conseguir un evidente salto de calidad mediante este perfil de baloncestista temporal.

Tras varias apuestas fallidas que años atrás pasaron con más pena que gloria y cuya llegada apenas sirvió para reanimar al equipo, el trabajo de Xevi Pujol al frente de la secretaría técnica está dando sus frutos para que el Baskonia haya conseguido sobreponerse a un difícil arranque de curso.

Pese a que todavía se resiste el ansiado pívot que debería dar otra dimensión al juego interior tras la inesperada salida de Luka Samanic a finales de octubre, Pujol ha sabido dar respuesta desde el despacho a las lesiones de dos piezas capitales como Trent Forrest y Tadas Sedekerskis.

Tanto Kobi Simmons, cuya opción de continuidad hasta junio ha sido finalmente ejecutada por el Baskonia, como Eugene Omoruyi, que viene de firmar dos excelentes actuaciones ante el Valencia Basket y el San Pablo Burgos, han sumado desde el primer momento para la causa azulgrana.

Pese a su desconocimiento del baloncesto europeo a los 28 años y proceder de competiciones sin excesivo prestigio como la Liga de Desarrollo o Dubái, ambos han caído de pie en Vitoria.

Vitales para Galbiati

Simmons se ha convertido en un descubrimiento espectacular al frente del timón dejando en una difícil situación a Markquis Nowell, otro de los extracomunitarios del equipo con contrato garantizado hasta junio que hasta su vuelta del sábado ante el Burgos había desaparecido de las convocatorias en ACB y Euroliga.

A su capacidad anotadora y su buena visión de juego, añade un tamaño físico y una envergadura que muy pocos directores de juego tienen a este lado del Atlántico.

En el caso de Omoruyi, con un valioso pasaporte cotonou bajo el brazo que puede actuar sin problemas en la ACB, sus primeros pasos a las órdenes de Paolo Galbiati no fueron fáciles. Sin embargo, el nigeriano lleva dos partidos en los que ha brindado un plus de energía saliendo desde el banquillo.

No solo es un ala-pívot poderoso físicamente que recuerda en algún momento a Kyle Hines con sus 198 centímetros de altura, sino que no está exento de calidad, posee buenos movimientos en ataque, sabe pasar el balón desde el poste bajo e incluso amenaza desde la larga distancia.

De seguir así, Omoruyi va a poner al Baskonia en una difícil disyuntiva cuando Sedekerskis se recupere de su intervención en el tobillo derecho.

La exitosa apuesta por Simmons y Omoruyi contrasta con otras operaciones del pasado que no proporcionaron un resultado positivo. Nunca es fácil acertar con un fichaje con la campaña ya iniciada que viene para un corto periodo de tiempo y así quedó de manifiesto en muchas ocasiones.

Los últimos ejemplos fueron los bases Chris Chiozza y Jordan Theodore con la temporada 2023-24 ya iniciada. Max Heidegger tampoco consiguió en la 2022-23 que la sombra de Pierria Henry no fuera alargada tras usar un método prohibido (orina sintética) para engañar a un control antidopaje de la FIBA, mientras que Yanni Wetzell apenas dejó destellos en la recta final del ejercicio 2021-22.

Multitud de temporeros en el pasado

Con anterioridad, jugadores como Semaj Christon, Quino Colom, Sergi García, Kevin Jones o Jalen Jones también pasaron desapercibidos en el ecosistema del Baskonia, que abrió la veda de los temporeros al inicio de la década de los 90 con el aterrizaje del ahora afamado agente de jugadores Quique Villalobos.

Luego le seguirían nombres muy conocidos para el baskonismo como Santi Abad, Voise Lee Winters, Chris Corchiani, Carlos Arroyo, Thierry Gadou, Diego Fajardo, Gabe Muoneke, Milt Palacio, Vladimir Golubovic, Matt Walsh, Lamar Odom, Thomas Kelati, Rimantas Kaukenas, Daniel Clark, DJ White, Ryan Gomes, Haukur Palsson, Mirza Begic, Josh Akognon o Trevor Cooney.

El francotirador Matt Janning se mantiene hasta la fecha como el último temporero de indudable éxito que defendió los colores azulgranas. El escolta estadounidense nacionalizado georgiano, ya retirado, aterrizó en el Baskonia en septiembre de 2017 con un contrato temporal de dos meses en lugar del lesionado Jordan McRae.

Pues bien, su rendimiento convenció de tal manera a la hora de inyectar pimienta a la cuerda exterior del equipo que acabaría vistiendo la elástica azulgrana durante tres largas temporadas.