Sin grandes alardes y, tras el descanso, por momentos con la ley del mínimo esfuerzo, pero a la postre un triunfo incontestable ante el San Pablo Burgos.
En una jornada que apuntaba a empacho de los gordos en el tiempo para la reflexión ante el concluyente 54-36 que lucía en lo alto del marcador, el Kosner Baskonia levantó bastante el pie del acelerador y se limitó finalmente a cumplir el expediente ante el colista de la Liga ACB.
El cuadro vitoriano pasó en la rodillo en la primera mitad antes de verse atacado por el virus de la relajación y vivir de las rentas durante varios minutos. Sin embargo, son tan ostensibles las diferencias entre ambos contendientes que las ventajas volvieron a ensancharse con una facilidad pasmosa.
Dos caras dentro de un mismo partido que, en cualquier caso, no dejaron ninguna duda acerca de la superioridad vitoriana en un tramo de la temporada donde el calendario sigue sin conceder una pequeña tregua.
Sellado el sexto triunfo de la temporada a nivel doméstico pese a mantener en la recámara a Kobi Simmons y Markus Howard, los extracomunitarios reservados para exámenes más ásperos, o hacerse el remolón durante la práctica totalidad de la segunda mitad aprovechada por el San Pablo Burgos para reducir su amplia desventaja.
A la postre, se impuso la lógica en un Buesa Arena plagado de camisetas azules en apoyo al modesto cuadro de Porfi Fisac, un visitante propicio por ejemplo para que Markquis Nowell regresara a la acción en un momento donde parece tener más de un pie lejos de la capital alavesa.
El Baskonia dio un paso ineludible en la búsqueda del pasaporte copero, bastante bien encaminado tras el valiosísimo triunfo de la semana pasada en el Martín Carpena gracias al triplazo de Markus Howard y que deberá seguir poniéndose de cara ante los asequibles compromisos a la vuelta de la esquina ante el Breogán y el Andorra.
Modorra tras el descanso
Lástima que el colchón de puntos no fuera mayor en caso de posibles empates en la pelea por un puesto en la cita del Roig Arena de Valencia. El equipo vitoriano apenas entró en pánico tras el amago de remontada del animoso San Pablo Burgos tras el intermedio. Ese 64-56 precedió el despegue de los hombres de Paolo Galbiati gracias a un parcial de 13-0 que cerró definitivamente un encuentro carente de historia.
Eso sí, el preparador italiano no terminó del todo satisfecho con lo visto tras el intermedio, aunque un bajón de intensidad como el protagonizado por sus pupilos es hasta cierto punto comprensible tras el desgaste físico y mental al que se han visto sometidos en los últimos tiempos.
Como cabía esperar, la supremacía azulgrana resultó evidente desde el salto inicial pese a las dos tempraneras canastas de Happ, el rostro más conocido del San Pablo Burgos ante la baja por lesión de Dani Díez.
Un parcial de 14-0 impulsó al Baskonia hacia una cómoda ventaja que ya no perdería durante toda la tarde-noche. Galbiati se permitió el lujo de poner en liza a Joksimovic al poco de arrancar el partido y Nowell no tardó en recibir la alternativa al frente del timón 16 días después de su última aparición con la elástica alavesa el pasado 11 de diciembre.
La intensidad y el trepidante ritmo ofensivo de la escuadra vitoriana se llevaron por delante hasta el descanso a uno de los colistas de la ACB. Pese a verse muy arropado en las gradas del Buesa Arena, el San Pablo Burgos fue víctima de la lógica más aplastante con un Baskonia varios puntos por encima en cuanto a exuberancia física, vértigo y talento baloncestístico. A todo ello hubo que añadir la férrea disciplina defensiva y la voluntad por compartir el balón en busca de tiros liberados.
Fue una jornada propicia para un reparto equitativo de los minutos por parte de Galbiati o la consolidación de Omoruyi como un gladiador de garantías pese a su etiqueta de temporero. El multiusos nigeriano fue de lo mejor en el Baskonia con una valiosa energía a ambos lados de la cancha. De seguir así, el dilema respecto a su continuidad dentro de varias semanas volverá a ser importante en las altas esferas del Buesa Arena.