Una brillante y heroica inyección de moral (105-100)
El Baskonia, comandado por unos extraordinarios Forrest y Luwawu-Cabarrot, remonta con esfuerzo coral y un juego vibrante una desventaja de 20 puntos ante el todopoderoso Real Madrid
Se ha hecho esperar, pero la primera victoria del Baskonia de Galbiati ya ha llegado. Y menuda victoria. Un triunfo de mérito mayúsculo ante el Real Madrid que supondrá una inyección de moral para técnico y jugadores y sobre todo de confianza para un proyecto que no ha hecho más que empezar y que parecía tambalearse cuando los alaveses perdían por 20-40 en el segundo cuarto. Sin embargo, un Forrest en modo superhéroe despertó a los suyos y comandó una épica remontada coral que culminó Luwawu-Cabarrot con sus puntos en la segunda mitad.
El encuentro, en el que Galbiati alineó de inicio un quinteto formado por Nowell, Forrest, Diallo, Sedekerskis y Diakite tras dejar a Markus Howard en la grada, arrancó igualado en cuanto a sensaciones a pesar del intento del Real Madrid de sacar partido a la falta de centímetros de Nowell y Diakite. Sin embargo, después de la segunda falta de Tadas a los tres minutos de juego y con la entrada de la segunda unidad a partir del ecuador del primer cuarto se empezó a torcer.
Preocupación por el estado de Rodions Kurucs
Reinaba por aquel entonces el 9-10 en el electrónico, que se convirtió en un abrir y cerrar de ojos en el 9-18, obra de Lyles y Kramer. El Baskonia, que entró pronto en bonus y que perdió por el camino a Kurucs, renqueante a vestuarios al poco de ingresar en la cancha, se fue resquebrajando progresivamente atrás y vio cómo Lyles y Fernando, bien asistidos por Campazzo y Llull al timón, estiraban la renta blanca hasta el 18-34 con el que se cerró el primer cuarto.
En la reanudación, el dominio del Real Madrid siguió siendo aplastante y tras el 20-40 todo apuntaba a una tarde plácida para los merengues, pero Forrest devolvió chispa a los locales cuando peor lo estaban pasando. El base estadounidense se creció tras anotar un triple, se echó el equipo a la espalda y fue el origen de los 13 siguientes puntos del Baskonia, ya sea mediante canastas, asistencias o incluso robos.
Con el de Alabama pletórico, el equipo fue otro, los compañeros le buscaron y sólo el acierto exterior de Hezonja y Campazzo evitó que los alaveses metieran aún más presión al Real Madrid. Pese a ello y teniendo en cuenta los 20 tantos de colchón que llegaron a manejar, el 49-58 con el que se llegó al descanso tras dos acciones de tres puntos precisamente de Forrest, fue una positiva noticia difícil de predecir en el inicio del segundo cuarto.
Un final arrollador
Al regreso de vestuarios fue Diallo quien quiso darle continuidad al buen momento azulgrana, aunque su cuarta personal, señalada en una técnica evitable por imitar los gestos de Deck, le devolvió al banquillo. Lo aprovechó el Real Madrid para conseguir algo de oxígeno con un triple de Kramer (55-68), aunque Luwawu-Cabarrot, precisamente quien sustituyó a Diallo, se encargó de meter de lleno en el partido al Baskonia.
Los alaveses elevaron su energía en ambos lados de la cancha, cerraron mejor el rebote y jugaron fácil en ataque, corriendo y ejecutando acciones de bloqueo directo. A ello, además, se le sumó el acierto en el tiro que faltó otros días y con dos triples de Cabarrot y cinco puntos de Samanic los alaveses encadenaron un extraordinario parcial de 11-1 con el que lograron igualar el encuentro (75-75) a dos minutos del final del tercer cuarto. En ese momento de dificultad para los merengues, sin embargo, Campazzo asumió la responsabilidad y con un triple propio y otro regalado a Lyles rompió el parcial y colocó el 77-81 al término del tercer cuarto.
Todo quedó por decidir, por lo tanto, en los últimos diez minutos, en los que el Baskonia siguió trabajando a destajo para asfixiar al Real Madrid. Luwawu-Cabarrot, totalmente encendido en ataque demostrando su calidad en cada acción individual y Forrest, capitán general en el timón y omnipresente en ambos lados de la cancha, fueron las caras visibles de los mejores minutos de la era Galbiati, pero todos los jugadores colaboraron en el esfuerzo colectivo que anuló a los de Scariolo.
Cabarrot adelantó a los vitorianos por primera vez desde el primer cuarto, pero fue a partir del 88-88, con 6:36 aún por disputarse, cuando el Real Madrid colapsó en ataque. El Baskonia, crecido y con puntos repartidos entre Samanic, Forrest, Cabarrot e incluso Spagnolo, encadenó un parcial de 11-2 durante seis minutos brillantes en los que los visitantes no anotaron ninguna canasta en juego. Hezonja, a 35 segundos del final, fue el primero en lograrlo con un mate, pero Forrest, esta vez sí, gestionó con maestría el epílogo para asegurar, la primera –ojalá que de muchas– gran alegría de la era Galbiati.