Síguenos en redes sociales:

Benditos 'pequeños' en Valencia

Forrest y Howard sostienen a un Baskonia que acaba con Tadas como pívot de circunstancias ante las graves lagunas de Samanic y Hall

Benditos 'pequeños' en ValenciaACB Photo/M. A. Polo

Fue una matinal de héroes y villanos en vetusta la Fuente de San Luis. Se diría que no hubo término medio a la hora de calificar la actuación de los nueve jugadores utilizados por Laso ante el Valencia Basket ante la ausencia de última hora de Moneke debido a su esguince de tobillo y el ostracismo un día más de Raieste y Savkov. Los hubo que rayaron a un nivel extraordinario y otros que, por desgracia, restaron.

Tras un partido interminable que necesitó dos prórrogas para decantarse a favor del Baskonia, hubo muchas luces pero también alguna sombra inquietante. Entre los que salieron a hombros de la pista levantino se encontraron, por ejemplo, Forrest, Howard o Tadas.

Obligado por las circunstancias, Laso se la jugó a una carta con un quinteto de pequeños integrado por Forrest, Howard, Luwawu-Cabarrot, Rogkavopoulos y el lituano desplazado al puesto de cinco.

Ni Hall, lastrado por su indolencia defensiva, ni Samanic, autor de errores groseros que reanimaron al Valencia Basket antes de la primera prórroga, gozaron de la confianza del técnico vitoriano.

El multiusos Tadas

El croata, tan elegante en ataque como blando y débil en el plano mental, agotó la paciencia de todo el mundo en la Fonteta. Cuando el Baskonia se sentía ganador, primero se comió los cinco segundos en un saque de fondo, luego incurrió en una falta de ataque que no venía a cuento y, para colmo de males, con 91-94 a falta de 11 segundos se jugó la frivolité de una canasta a aro pasado en lugar de intentar agotar la posesión azulgrana. Ver para creer.

Hall tendió una alfombra roja a sus pares con unas desatenciones atrás que clamaron al cielo y Diop, que había cuajado unos minutos notables en ambos aros, no gozó de la confianza de Laso.

La solución no fue otra que ubicar a Tadas como poste de circunstancias, posición que por otro lado no le es desconocida. El multiusos lituano vale para un roto y un descosido. Un jugador total que apaga cualquier incendio cuando vienen mal dadas y que en la Fuente de San Luis acudió al rescate de manera conmovedora.

Forrest también sacó las castañas del fuego en los peores momentos. El base sentó cátedra en el timón con una exhibición atronadora, traducida en 27 puntos, 8 rebotes y 6 asistencias. Impartió un clínic a la hora de marcar el ciclo de pasos en las penetraciones y, pese a llegar exhausto a los minutos finales por la escasa ayuda de Jaramaz, se multiplicó para rozar con la yema de los dedos un triple doble para la historia.

El triunfo en tierras levantinas tampoco se hubiese entendido sin la magia anotadora de Howard, que superó la barrera de los 300 triples en la ACB. El killer de New Jersey se fue hasta los 36 puntos gracias a una espectacular carta de tiro desde más allá de los 6,75. Desde el cuarto inicial se ensañó con un Valencia Basket casi siempre a remolque que, eso sí, también supo extraer petróleo de sus consabidas limitaciones atrás. En días así, Howard es mucho Howard