Iñaki Iriarte: "Sedekerskis es un guerrero y aún puede dar un paso más"
El técnico vitoriano, para quien Tadas siempre tiene buenas palabras, destaca la “voluntad y talento” del alero
Si alguien conoce bien a Tadas Sedekerskis, que cumple hoy diez años de su debut en el Baskonia, ese es el técnico vitoriano Iñaki Iriarte. El alero lituano, como tantos antes que él, pasó de joven por las manos del encargado de pulir a los diamantes de la cantera del Baskonia durante décadas y aún mantiene una estrecha relación con él. “Me junté hace poco con él para tomar un café ahora que ha salido de la lesión. Los jugadores pasan por altibajos y cuando te toca volver a coger la forma tras una lesión así no es fácil y yo siempre intento estar cerca de ellos para aconsejarles. De esos momentos buenos y malos compartidos surge una relación de amistad”, explica a este periódico.
Iriarte aún recuerda las primeras sesiones de trabajo con Sedekerskis cuando aterrizó en Vitoria hace ya 12 años. Ya por aquel entonces, tenía la sensación de que llegaría al baloncesto profesional. “Cuando se fichan este tipo de jugadores vienen porque ya han sido ojeados anteriormente y piensas que pueden llegar; este era uno de los top y siempre he creído en él”, afirma. Eso sí, para ello el esfuerzo y la perseverancia son innegociables, y eso es algo que le sobra al alero lituano.
“Él siempre ha sido una persona seria, muy trabajadora y que ha tenido claro que su objetivo era poder llegar al máximo nivel, metiendo muchas horas en los entrenamientos”, describe Iriarte, que intentó durante esa primera etapa que su adaptación fuera lo más natural posible: “Cuando llega es complicado porque se encuentra con un club distinto a lo que conoce y hay que intentar guiarlo y ayudarlo en ese primer momento, hacerle ver que tiene que integrarse en Vitoria y ser un chaval más de su edad. Después, se pasa ya a la parte de trabajar los aspectos técnicos”.
En ese sentido, el lituano era ya un jugador con buenas condiciones, aunque tuvo que mejorar mucho en varios aspectos. “Su dribbling, por ejemplo, no era bueno por aquel entonces y hubo que trabajar en ello. Su tiro sí que estaba bien, pero a esa edad aún no está hecho del todo y ahí también tuvimos algún aspecto que corregir. Después ya llegó un momento en el que metía mucho y, aparte de que ha tirado bien siempre, luego ha sido un tío constante, se queda a diario a tirar después de entrenar y quiere ser mejor cada día”, asegura.
Otro aspecto que le ha ayudado a lanzar su carrera es que es un jugador que “se cuida y piensa mucho en el juego”. Más allá del tiro y el dribbling, que es “la parte vital”, Sedekerskis ha trabajado posteriormente otros aspectos como “las penetraciones o la lectura del juego”, además de técnica específica “tanto del puesto de alero como de interior, lo cual le ha permitido poder desenvolverse también como cuatro”.
Esa formación, unida a las cesiones que ha tenido en distintos clubes a lo largo de su carrera, es lo que lo ha curtido y lo ha convertido en el jugador que es ahora mismo. “Cuando terminas la etapa júnior y llegas a un equipo profesional, el cambio es muy grande. Yo me acuerdo que estuvo cedido en Huesca y allí ya te juntas con un entrenador que quiere ganar, con buenos jugadores, gente mayor, un vestuario más complicado... Hay que acompañarlos durante esas etapas porque surgen días o años buenos y malos”, explica.
“Él siempre ha sido una persona seria, muy trabajadora y con sus objetivos claros”
Aunque ha conseguido alcanzar la élite, en cualquier caso, Iriarte opina que a sus 27 años aún tiene margen de mejora. “Él ha llegado arriba por lo que es: por ser un guerrero, por su intensidad, por su dureza... Pero yo ahora le digo que tiene que dar un paso más y ser un hombre más importante de lo que ya es dentro del equipo. Con 27 años aún puede crecer. Debe ser más activo, no tener miedo y lanzar cuando esté solo y, en definitiva, ser más agresivo. Nosotros les ayudamos, pero los que tienen que dar ese paso adelante para ser mejores son ellos. Y Tadas tiene el talento y la fuerza de voluntad para darlo”, concluye. Con cuatro años más como baskonista por delante, aún queda mucho por ver del lituano.